Revista Cultura y Ocio

Templos megalíticos de Malta

Por Orientalia @orientweet

Desde el 3500 ANE hasta el 2500 ANE en Malta y Gozo se produjeron avances tan extraordinarios y precoces en su arquitectura megalítica que no existe un paralelo en todo el Mediterráneo. Estos complejos templarios preceden en un milenio a la construcción de la primera pirámide en Egipto. Su origen aún es incierto pero su carácter gnómico les confieren una finalidad ritual relacionada con el firmamento, al igual que ocurre con la mayoría de las construcciones megalíticas de la fachada Atlántica europea.

Templo de Mnajdra al atardecer

La hipótesis constructiva que se baraja es la común a toda la arquitectura megalítica (ver ilustración más abajo) con la diferencia que aquí la piedra se encuentra trabajada con un alto nivel técnico a pesar que usaban herramientas muy rudimentarias anteriores al descubrimiento de la metalurgia.

Recreación hipotética de la construcción de los templos malteses

En cuanto a las técnicas de construcción se debe suponer que contaban con la tecnología propia de una cultura megalítica. El uso de poleas, sin embargo no ha sido confirmado. Lo que puede asegurarse con certeza es que se trataba de obras con un planeamiento extraordinario  dado que se han encontrado fragmentos de cerámica de modelos en miniatura de varios de estos templos e, incluso, en las paredes de los propios templos como podemos observar en la foto de abajo. Los expertos piensan que podría tratarse de pruebas de los arquitectos aunque también podrían interpretarse como esculturas votivas.

Inscripción esquemática de un templo en una de las paredes de Mnajdra

Obviamente, su construcción era una empresa que sólo podía llevarse a cabo bajo un poder con un mínimo grado de centralización y redistribución de los excedentes. Los estudios señalan que la construcción de uno de estos santuarios llevaría una media de 3 años y sería necesario la mano de obra de unas 30.000 – 35.000 personas para completar cada templo. A esta estimación ha llegado el investigador Daniel Clark, basándose en su experiencia en el estudio de la obra arquitectónica de otras culturas como los templos mayas de Guatemala o los nuraghi de Cerdeña. Ateniéndonos al tamaño (ver foto) de algunos de los bloques de piedra utilizados para erigir estos templos, bien pueden rondar esas cifras.

Megalito de la pared del templo de Ħaġar Qim

Una vista aérea de esto yacimientos permite percibir su curiosa planta, que se puede asemejar perfectamente a la forma de un trébol. La estructura canónica de estos templos de planta ovoidal consta de:

  • Un perímetro exterior de grandes ortóstatos de piedra caliza coralina hincados en el terreno.
  • Una fachada principal orientada hacia el sur o sureste interrumpida por la entrada al recinto. Se trata de un corredor con estructura de trilithon, es decir, grandes piedras enfrentadas y una tercera a modo de dintel del marco y pasadizo. Estas piedras eran pulidas para guardar la estética y monumentalidad del conjunto. Por esta razón se tenía que traer piedra caliza globigerina del interior de las islas, mucho más blanda que la coralina y por lo tanto más fácil de trabajar. Las características de este tipo de piedra explican el mayor deterioro de esta sección de los templos.
  • El corredor daba acceso a un espacio interior pavimentado con torba desde dónde se daba acceso a cada una de las cámaras o estancias del complejo. La torba es un compuesto semi-plástico que utilizaban para cubrir el piso de los templos. Se fabricaba a partir de la mezcla de piedra caliza globigerina reducida a polvo o pequeños sedimentos, guijarros y arena. Esta mezcla se humedecía y se golpeaba hasta endurecerla. El resultado era una argamasa tan compacta que podía ser pulida y que tardó en ser detectada por los arqueólogos ya que se confunde fácilmente con la roca madre. En las paredes también se aplicaba un compuesto parecido pero menos duradero dado que, obviamente, no podía ser golpeado. El deffun era otra variante realizada con restos de cerámica machacada en vez de piedra. Decir que este material ha sido empleado para la cobertura de los vanos superiores de las casas maltesas hasta hace pocos siglos (y otros semejantes por todo el Mediterráneo). Era impermeable y muy plástico y, por lo tanto, menos tendente a fracturarse que el cemento.
  • Las cámaras tenían forma de D y se articulaban a modo de ábsides del patio central. La mayor diferencia que encontramos entre unos templos y otros es, precisamente, el número de estos ábisdes; variando entre 3, 4, 5 ó 6. A cada uno de ellos se accedía con una puerta en forma de trilithon y el suelo se encontraba pavimentado de torba. Se desconoce si éstos ábsides eran templos individuales en un primer momento para más tarde ser encerrados en un mismo complejo o formaban parte de un plano organizado desde que fueron levantados. Lo que si ha quedado demostrado es que todo el recinto se encontraba cerrado bajo un techo, muy probablemente sostenido por vigas de madera y compuesto de ramas y barro seco.
  • En los templos más complejos existen estancias más pequeñas anexas a los ábsides dónde se depositarían los exvotos y ofrendas votivas. Fueron construidas a posteriori en los espacios dejados por las estancias ovoidales.

Detalle del acabado de los templos malteses

El interior de algunos templos se encuentra decorado con motivos ajedrezados y espirales de varios cromáticos en frisos y dinteles repartidos por todas las estructuras. La técnica más antigua se encuentra atestiguada en el altar central del sector sur de Ġgantija. Consiste en el perfilamiento de la roca, logrando una aspecto granulado que cubría toda la superficie decorada.

Este sencillo pero efectivo recurso estilístico fue sustituido paulatinamente por la introducción de glifos, espirales y colas de pez en época más tardía de la construcción de templos. En la fase final se introdujeron las representación figurativas de hombres y animales, complementando a las geométricas para consolidar, de este modo, el arte prehistórico maltés. Una muestra más de la riqueza arquitectónica y cultural de los constructores de los templos. 

Dintel con volutas y granulado del templo de Ħaġar Qim

Los templos más importantes son los siguientes:

  • Templo de Ta’ Ħaġrat de Mġarr (3800 – 3600 ANE). Su tamaño, su cronología y su proximidad al de Skorba (dónde han sido localizados los restos más antiguos relacionados con los templos) nos hace pensar que se trató de un experimento temprano de la construcción de templos.
  • Templo de Skorba (sector meridional 3600 - 3000 ANE / sector septentrional 2900 - 2500 ANE). Se ha conservado un pavimento de piedra en el acceso principal al templo, un tipo de calzada, en el que se pueden observar trazas dejadas por el desgaste de las ruedas de carros.
  • Templo de Ġgantija (3600 - 3000 ANE). “Torre de gigantes” en maltés, es en realidad un conjunto de templos, el único de la isla de Gozo y uno de los primeros ejemplos de construcción templar a gran escala. Su interior es el que ha proporcionado más muestras y variedad de tipología decorativa. Actualmente se han removido dichas partes para trasladarlas a museos y el yacimiento se encuentra en estado de restauración debido a su mal estado de conservación. Este templo sin duda debe asociarse con el círculo megalítico de Xagħra.
  • Templo de Ħaġar Qim (3600 – 2500 ANE). Es el más grande y mejor conservado, siendo en realidad un conglomerado de cuatro templos de distintas fases. Se considera como la obra cumbre de los constructores malteses tanto por la disposición de su planta como por el acabado del pulido de la roca.
  • Templo de Mnajdra (templo primitivo 3600 – 3000 ANE / templo inferior 3000 - 2500 ANE). Se encuentra a tan sólo 500m. del gran complejo de Ħaġar Qim por lo que el culto que se profesó en ambos debió de estar relacionado. Muchos investigadores piensan en la figura de la pareja divina.
  • Templo de Tarxien (3600 – 2900 ANE). Es de mayor extensión pero el peor conservado por encontrase muy pegado al casco urbano. También está compuesto de cuatro templos de diferentes fases constructivas.

Los templos fueron evolucionando y cambiando y ello ha dado lugar a que sean interpretados por su forma y su cronología para englobarlos en una tipología que facilitase su estudio. El encargado de llevar a cabo tal tarea fue el arqueólogo británico David H. Trump y su trabajo, salvo pequeños cambios, se mantiene en la actualidad. La imagen adjunta ilustra a modo de resumen su postulado:

Evolución de los templos malteses

Si el tipo y la envergadura de las construcciones sorprende por su excepcionalidad dentro del Mediterráneo occidental, no así los restos arqueológicos que han sido encontrados en el interior de los templos. La mayoría hacen referencia al culto de una diosa-madre de la fertilidad y la realización de sacrificios rituales con animales. De ello, y de más detalles específicos de cada templo, trataremos en artículos futuros.


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