El ocio según Universo de A:
-La temporada de exposiciones otoño-invierno de 2015-2016 en Madrid.
-Temporada televisiva otoño-invierno de 2015-2016.
-Los eventos de otoño-invierno de 2015-2016 en Madrid.
Estos enlaces anteriores (entre los que está incluído este artículo), son los llamados artículos recopilatorios, que se actualizan continuamente (hasta que termina la temporada que dice el título, momento en el que se publica uno nuevo), por lo que, para estar informado de todas las novedades, se recomienda volver a visitarlos a menudo.
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Finalmente, vuelven los artículos recopilatorios, después de tantos meses… y quizás vuelva el dinamismo a este blog… aunque de momento no sabría decir, con tantas ocupaciones como tengo, pero se intentará, se intentará….
Sea como sea, comento algunos de los programas que me están llamando la atención esta temporada….
Novedades:
TVE1
-Carlos Rey Emperador: sería difícil decir si Carlos I fue un buen sucesor de Isabel I, tan europeo él y tan castellana ella, sería realmente complicado decir si el nieto de los Reyes católicos fue un buen heredero de estos… pero aunque esto podría ser un debate histórico interesantísimo, hay algo que difícilmente se podrá discutir a nivel audiovisual: que la serie “Carlos Rey Emperador” no es una buena sucesora de la gran “Isabel”.
Y tiene gracia, porque “Carlos Rey Emperador” tiene todo lo que su antecesora no tuvo: un presupuesto claramente mayor, una gran libertad para desarrollarse, la confianza de la cadena, un público ansioso de más… no había riesgo alguno, sólo tenía que seguir la estela del éxito anterior (hay quien ha tratado de defenderla diciendo que la expectativa era muy alta, pero eso no justifica los pobres resultados).
Así tras cinco capítulos, puedo afirmar sin duda alguna, que es probable que no acabe la temporada (como me pasó con “Hospital Real” que al principio resistí, pero la cosa no duró mucho tiempo), y que si lo hago, será la última que vea. No soy el único, la audiencia no ha apoyado al nuevo monarca televisivo, ni se ha dejado embaucar por la simple pero torpe pátina dorada de la que pretende envolverse la serie.
¿Razones del fracaso?, bien, la primera y la más simple es que “Isabel” pese a su gran pobreza de medios (muy especialmente en la primera temporada, cuando resultaba incluso aberrante), siempre tuvo unos guiones absolutamente excelentes, magníficamente trazados de principio a fin, casi sin mácula; todos estábamos absolutamente admirados, tanto los amantes del audiovisual como de la historia (y ya no te digo los que somos incondicionales enamorados de ambos), todos quedamos maravillados con lo bien que estaba trazada, todo el argumento en general desde el principio al final de las temporadas, los arcos argumentales tan brillantemente enlazados, lo emocionante que resultaba cada episodio (incluso cuando sabías exactamente lo que iba a pasar), la rigurosidad y el respeto a la historia (permitiéndose incluso meter algo de leyenda, y porque no, alguna licencia artística, cosas que hasta los más tiquismiquis aplaudíamos), la condensación de tanta información de una forma tan brillante y entretenida… sí todo aquello elevaba a “Isabel” al grado de obra maestra con todos sus méritos, a ser el símbolo, la razón de ser de la existencia de una cadena pública… incluso a pesar de la espantosa estética y de bastantes interpretaciones pésimas que hacían sangrar los ojos (aunque a partir de la segunda temporada se empezó a mejorar muchísimo en ese tema)… sin embargo, la lección que se aprende de esto, es que de nada vale el más brillante oropel sin un fundamento detrás; y que la forma sin contenido, simplemente no es suficiente; en definitiva, que, aunque pueda sorprender, vale más talento que dinero, y tener mucho de lo segundo, no compra lo primero.
Y es una pena, puesto que “Carlos Rey Emperador” subsana muchos de los errores de inicio de “Isabel”: una estética muy cuidada; unos actores bastante creíbles (unos más que otros -aunque la mayoría pecan de presentismo o se les nota demasiado que están actuando… y algunos directamente son pésimos-, incluso viéndose demasiado que no tienen ni idea sobre el personaje histórico que interpretan; pero hay que decir que algunos hasta tienen cierto parecido físico con la persona real)… en definitiva, se nota que esta serie tomó nota de las mejorías de “Isabel”… pero de nada sirve coger lo superficial si no se entiende la base.
Y es que el gran problema de la nueva serie es precisamente que sus guiones son absolutamente desastrosos desde el primer episodio a todos los niveles: no hay presentación de personajes o esta es pésima (dejando al espectador en un permanente lío y caos, algo especialmente peligroso cuando se trata de una ficción histórica en la que hay que entender tantas cosas muy complejas y explicarlas de un modo muy simple; siendo así, si se falla en lo mencionado, difícilmente el espectador empatizará con unos personajes que no entiende), es más, algunos de los personajes con más protagonismo nos costaría decir su nombre o sus relaciones familiares si sólo atendemos a lo que nos ha expuesto la serie; se crean montones de arcos argumentales sin peso, que no van a ningún lado, y que por tanto saturan innecesariamente al espectador con una información absurda, que no viene a cuento y que no aporta nada (la presentación desde el principio de otras cortes europeas, se hizo siguiendo el hilo de “Isabel” (especialmente en su tercera temporada), pero en esta última serie, jamás se hizo de forma gratuíta -como sí se ha hecho en “Carlos”-, no hubo una sóla vez en la que apareciese, ya fuera Granada, Francia, el Papado… etc, que no tuviese que ver con la historia que se quería contar, que en última instancia, era la de los Reyes católicos y la de Isabel I, todo, tarde o temprano, encajaba y tenía sentido, nada era innecesario ni fuera de lugar, todo estaba perfectamente calculado y servía a un propósito… en “Carlos” no hay nada de eso); y con ese gusto por lo superficial y la anécdota sobre lo importante y lo relevante, al final, lo único que se consigue, es aburrir (básicamente porque no sientes que lo que ves vaya a algún lado o tenga un propósito final)… lo peor que puede hacer un producto de entretenimiento.
Y ya no hablemos del tema histórico, con demasiadas imprecisiones, demasiadas licencias y libertades excesivas… si con “Isabel” nos podíamos confiar, con “Carlos” se duda de todo e incluso es uno de esos casos en los que te indignas ante las descaradas mentiras, reinterpretaciones y barbaridades que cuentan.
Topándonos con tanto fallo en los guiones, que resultan realmente insalvables, le tocaba a la dirección el darles vuelo y dinamismo del que siempre gozó ampliamente “Isabel”… y en esto también se fracasa rotundamente; si a una historia narrada de una forma mala y caótica, le unimos una dirección bastante deficiente, un montaje muy poco afortunado (con una espantosa, inadecuada y pretenciosa utilización de la música, entre otras cosas)… etc; y y no hablemos de peluquería y maquillaje, eterna asignatura pendiente de “Isabel” y que la serie sobre su nieto tampoco consigue superar; por tanto, teniendo en cuenta todo esto, “Carlos Rey Emperador”, no podía sino tener un mal resultado, y así es.
No nos extrañemos, no es el equipo de “Isabel” el que está tras esta serie (de los que sí prontamente nos llegará, al parecer en cines, la continuación de aquella gran serie en forma de largometraje cuyo título será “La corona partida”; y en la cual, sí repetirán papel muchos de los que no lo hicieron en “Carlos”) sólo algunos de los que trabajaron en ella; pero no son ni la gran mayoría ni los más importantes; por lo cual, este sonoro fracaso resulta menos llamativo de lo que pudiera parecer en un principio.
Hasta la web ha decaído flagrantemente; de aquella vasta información, casi inabarcable que se publico para “Isabel” sólo queda el recuerdo, quizás, porque la documentación que se ha usado para “Carlos” es más bien escasa… lo cual explica demasiadas cosas sobre la serie. En realidad, los extras de “Carlos Rey Emperador” (web, making of posterior al episodio… etc) son el mejor ejemplo e imagen de porque la serie fracasa: también son superficiales, y se han creído que una buena apariencia permite descuidar un buen contenido. Obviamente, se han equivocado de medio a medio, y el espectador ya les ha demostrado que no es estúpido, ni va a dejar que lo tomen por tal (las audiencias no están respaldando la nueva serie, y lamento decir que con razón).
Quizás, el gran problema de esta serie es que ha pecado de soberbia, pues se ha creído que podía heredar sin más los méritos de su predecesora sin mayor esfuerzo, y no está fuera de lugar este comentario, pues “Carlos” llega a resultar incluso pretenciosa.
En definitiva, al final, la impresión que se acaba teniendo, más tarde o más temprano, es que vemos un amasijo de datos sin entrelazar; un hermoso caos muy bien decorado; un laberinto con sus setos muy bien podados, pero sin solución y que no lleva a ningún sitio cuando lo recorremos… y nadie quiere recorrer un camino que no lleva a ninguna parte; a donde, mucho me temo, es exactamente el lugar al que se dirige esta serie.