Hay una lluvia de dulces naranjas
que bajan rodando desde las granjas,
luces anaranjadas,
naranjiluminadas,
lluvia que enciende los charcos y zanjas.
Hay una lluvia de amargos pomelos
redondos y claros, calvos abuelos,
soles de jugo leve,
alegría que llueve,
lluvia que cae en mi vaso con hielos.
Hay una lluvia de rojas frutillas,
frutas pequeñas haciendo cosquillas,
corazones tan rojos
con millones de ojos,
lluvia que se trepa por las bombillas.
Karina Echevarría