Revista Opinión

Temporalidad laboral atemporal…

Publicado el 25 agosto 2011 por El Tridente

TEMPORALIDAD LABORAL ATEMPORAL…

El Gobierno del Estado nos ha vuelto a sorprender en estos días al lanzar una nueva propuesta en materia de empleo y ya, he perdido la cuenta. En esta ocasión, la pretensión del ejecutivo que más iniciativas contradictorias ha sacado en limitados periodos de tiempo, es la de eliminar el tope en la consecución de contratos temporales, antes fijada en 24 meses y ahora propuesta hasta la eternidad.

De esta manera, y como aseguran desde el Gobierno, se evitaría la pérdida del puesto de trabajo de aquel empleado que superara los dos años con contrato temporal y que la empresa no decidiera contratar como fijo. A lo que yo me pregunto, si la empresa antes no valoraba que un trabajador estuviera cualificado y a los dos años lo excluía de su plantilla, ¿por qué ahora que lo podrá tener hasta el infinito va a pensar que es más valioso?

Y es que uno de los riesgos que supone este nuevo modelo es aquel de vivir en el limbo laboral y de no saber si tras un determinado número de meses seguiremos teniendo un puesto de trabajo. Antes al menos, teníamos la opción de quedarnos obligatoriamente fijos o denunciar a la empresa si no cumplía con tal requisito, pero ahora, lo único que conseguiremos será una cuestionable continuidad profesional.

Es más o menos como lo que le pasó al dueño de una gran compañía internacional; Robles e Hijos. El señor Robles, vendía árboles al por mayor y a sus taladores los tenía contratados siempre por dos años. Cuando llegaba la fecha, los liquidaba y contrataba a otros dos que tenía en la recámara. Así estuvo rotando durante décadas, hasta que los trabajadores se revelaron y lo denunciaron por lo que la empresa pasó a manos de ellos y se llamó desde entonces “e Hijos”. Y es que el señor Robles solo contrataba a sus descendientes. Tenía 14 hijos.

Es por ello que no estoy muy de acuerdo con este nuevo modelo porque cuando se trata de favorecer a unos y a otros siempre hay un perjudicado y por regla general éste siempre suele ser el trabajador. Así que si no quiere que un jefe malvado abuse de usted, hágase emprendedor y monte su propio negocio y así sólo abusará de usted hacienda y sus impuestos.

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…


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