Todo proceso lleva su tiempo, para ningún caso hay que desesperarse. Las cosas buenas pasan, pero debe trabajarse para que eso suceda. Trabajar significa, hacer y soltar, hacer y dejar al Padre, al Universo, al tiempo hacer lo suyo, es como un río que lleva la corriente, a veces los obstáculos la detienen o la hacen más lenta.
Así también como la mariposa, ella pasa por un largo proceso hasta abrir sus alas, ella sabe que va a volar, pero espera pacientemente para que su transformación se cumpla, es así de fácil, pero complicado y desesperante para quien no tiene paciencia, no sabe esperar. La paciencia es una virtud que se debe cuidar como una planta, cultivar y regar para que florezca.
Las personas que emprenden un nuevo proyecto saben que tendrán que trabajar con amor, constancia y paciencia, saben que si lo hacen de esta forma, sus logros están asegurados. Nunca se sabe cuándo será el momento de volar alto, pero se está trabajando sin parar para que eso suceda. Nada por lo cual no se trabaje llega al azar, solo la lotería y para eso debes comprar el boleto y esperar también, mientras quizás rezas para que algo bueno suceda ¿Ves? A todo hay que ponerle esfuerzo y buena energía.
Los líderes de todo el mundo han entendido que se deben armar de paciencia para ver los frutos de su trabajo, no hay cosecha que recoger si no hay nada sembrado. La paciencia es una virtud a la cual puedes acudir porque está en tu esencia, es parte de ti. Cuando te enfermas te das cuenta que solo teniendo paciencia es que puedes lidiar con el dolor, la toma de medicamentos a la hora exacta y las demás rutinas para poder recobrar la salud, así es todo en la vida, tienes que respirar y hacer lo que debes para obtener lo que quieres.
¿En qué no eres paciente? ¿Eres capaz de esperar lo suficiente por ese sueño que anhelas? Pregúntate esto y luego actúa en consecuencia, verás que la vida premia a quienes esperan cosas buenas de ella. Hasta la próxima publicación…
Zuluan Orion