En su informe mundial de diciembre de 2010, ONUSIDA alerta de algunas tendencias en la transmisión de esta epidemia. Mientras en los países subsaharianos, parece que los jóvenes han empezado a tomarse más en serio la prevención del SIDA, en los países ricos de Norteamérica y Europa no se logra atajar la expansión del virus. Las personas que viven con el VIH en el mundo (2009) son 33, 3 millones, un 27% más que en 2001 que eran 26,2 millones. Las nuevas infecciones en el último año ascienden a 2,6 millones, un 19% menos (3,1 millones) que en 1999 y un 21% menos que en 1997 (3,2 millones).
En Africa, los nuevos casos de VIH han disminuido en casi medio millón de personas. De los 33 países del mundo en los que la incidencia del VIH ha caído más del 25% entre 2001 y 2009, 22 se encuentran en el África subsahariana. El retraso en la iniciación sexual y la disminución del número de parejas sexuales son cambios que están contribuyendo a reducir el contagio.
Por el contrario, el total de personas con VIH en Norteamérica y en Europa continúa aumentando hasta alcanzar los 2,3 millones en 2009 –un 30% más que en 2001. En 23 países europeos, el contagio entre hombres ha aumentado el 80% entre el año 2000 y 2006. En Gran Bretaña en el año 2007, se han registrado 3.160 nuevos casos de VIH entre los hombres que mantuvieron relaciones sexuales con otros hombres. Cifra record en toda la historia en este colectivo.
En España, según un informe del Ministerio de Sanidad, el mayor porcentaje de nuevas infecciones detectadas en 2009 (53,4%) tiene lugar también entre los hombres que tienen relaciones homosexuales, más del doble que las equivalentes al público heterosexual (23,1%). Pero más llamativo aún es el caso de Francia, los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres suponen más de la mitad de los nuevos casos de VIH, aunque representan únicamente el 1,6% de la población.
Esta tendencia al alza está asociada con una conducta sexual de alto riesgo, con relaciones sexuales de manera casual y sin protección. Y no será porque la industria del latex esté en crisis. Al final, el sentido común va a tener que dar la razón al Papa cuando decía que “tantas personas no encuentren ya en la sexualidad la expresión del amor, sino sólo una especie de droga, que se administran a sí mismas”. El preservativo no es el remedio, sino un mísero placebo.