"Siempre que llegaba el buen tiempo, mi madre nos compraba un par de zapatitos o sandalias de color blanco. Ese día nos hacía muchísima ilusión, por que por fin vestíamos nuestros pies con ese níveo color que nos indicaba que pronto llegarían las vacaciones de verano".
Así podría empezar cualquier relato de ficción, pero es la realidad de una infancia que ha adorado los zapatos blancos y que no ha dejado de hacerlo.
Pero, ¿qué está ocurriendo con este color para el calzado?
¿Por qué está siendo tan denostado y ha bajado al averno de la moda?
Vamos a ver unos cuantos ejemplos de zapatos blancos que para mí son maravillosos.
Pienso que dan luz a la piel ligeramente bronceada y que llevándolos con estilo y personalidad, no tienen por qué resultar vulgares.