Revista Cine
Director: Dario Argento
Día sábado, día en que se pudo ver, para variar aunque no sin algunos contratiempos, una película. ¿Cuál? ¿De quién? "Tenebrae", de Dario Argento.
"Tenebrae" me ha gustado, sí señor. Es, en efecto, una excelente película de misterio en donde el misterio mismo, además de proveer un rico y fluido entramado de personajes y giros argumentales y secuencias alucinantes (la del segundo asesinato, en donde la cámara básicamente se pasea por toda la casa de las víctimas, es mi preferida), se enfoca sobre todo en la condición humana y la estabilidad mental de los involucrados, no necesariamente como un estudio psicológico de personajes sino que más bien como una sensual exploración por los oscuros y violentos e inestables recovecos de... del alma, del espíritu, del núcleo moral del individuo.
La película trata de un escritor estadounidense de libros de misterio que viaja a Roma para promocionar su más reciente novela, Tenebrae, que lleva varias semanas en el número uno, estadía que debiera ser tranquila de no ser porque brutales asesinatos inspirados (¿y calcados?) en dicha novela comienzan a ocurrir a su llegada. Desde luego, la policía investiga el caso y el escritor no puede quedarse al margen de asunto, y lo interesante y fascinante, más allá de los paralelismos entre su obra literaria y los asesinatos "en su honor", es que se construye un fabuloso juego de espejos en donde realidad y ficción se funden en un íntimo y peligroso abrazo. Y ojo, que este abrazo no es literal (que el filme de Argento y la novela del protagonista compartan el mismo título es mera aunque sugerente coincidencia), no quiero decir que la película se vuelva "confusa" y autorecursiva y que de repente, por decir algo, el personaje del inspector resulte ser ficticio o algo por el estilo. Es un juego de espejos distinto al de "Swimming Pool", por ejemplo. El juego de espejos que propone Argento apunta a la naturaleza misma de los personajes, del protagonista, quien comienza a ser interpelado por sus propias letras, aunque, curiosamente, con una voz ajena que le otorgan otro significado; una voz que podría ser la del asesino, una voz que podría ser suya, una voz que podría ser de un fantasma, una voz producida por los ecos del pasado, etc. De hecho, paulatinamente vamos viendo que la trama, si bien pilar central en tanto arco argumental, no es lo esencial del relato y que, en cierta forma, lo importante no es descubrir quién es el asesino sino cómo la obra ficticia del escritor, gracias a las muertes (la obra del asesino), se convierte en su realidad de carne y hueso: en cómo sus invenciones adquieren vida y lo interpelan directamente. Por eso mismo el misterio va sumando capas y matices, ganando en complejidad, a medida que el metraje avanza: porque debajo de una superficie de cadáveres, la sangre de éstos va trazando el sinuoso camino que finalmente nos llevará a la raíz, al origen de todo mal.
A todo esto, y para complementar un poco mi elogio a la inventiva visual de Argento, ésta no sólo destaca por lo audaz de la cámara, de la banda sonora, de la ejecución formal; también destaca por su calidad dramática y narrativa, o si no vean el asesinato al aire libre o la brutal escena final, especialmente en la segunda aparición del asesino. Suspenso, tensión, explosión. Con esos pequeños detalles Argento demuestra que es mucho más que un director de imágenes altamente estilizadas.
En definitiva, "Tenebrae" es una película excelentemente escrita y dirigida cuyo valor cinematográfico podría ser sesudamente analizado y aún así quedarse corto. Es una gran historia de misterio no sólo por su estructura "detectivesca" sino que, sobre todo, por su potente y retorcida y compleja base psicológica. Es una puta genialidad, qué quieren que les diga.