Revista Coaching

Tener 40 no es un problema, aunque lo parezca

Por Joseldelcampo

Tener 40 no es un problema, aunque lo parezca

16 diciembre, 2013 No comments

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Curiosamente los jóvenes de hoy se pasan como locos buscando una beca para realizar sus estudios, cosa cada día más difícil, para que cuando acaben solo encuentren trabajos de becarios. ¡¡Incongruencias de la vida!!

Pues lo mismo ocurre con los de más de 40 años. Toda una vida estudiando para que cuando empezaron su búsqueda laboral se les achacase que no tenían experiencia y ahora, desempleados pero formados y con experiencia, son realmente una lacra para el mercado laboral.

¿Qué han/hemos hecho mal la generación de los 40 años para arriba para ser ahora mismo considerados un estorbo laboral?

Hasta hace bien poco, las ayudas a los emprendedores eran para menores de 40 años, ¿por qué? ¿los parados de más de esa edad no pueden emprender?

Y hoy me preocupo más que por la búsqueda laboral, por la sensaciones que se le generan al pobre desempleado de más de 40 años que ve como manda curriculums a diario y no recibe una sola llamada.

Fases que pasa un desempleado de más de 40 años.

1º Desconcierto y duda.

Lo primero que suele pensar es qué ha hecho mal el para que se haya quedado en el paro. Puede que haya tenido algún motivo pero, por desgracia, ahora excelentes profesionales con excelente trabajo realizado durante años se ven abocados al paro sin que tengan culpa. Empiezan las dudas, primero si ha tenido el algo que ver y segundo que si no es así, dónde comenzar a buscar y como explicar que, siendo un profesional excelente durante años cómo es que se ha quedado en el paro.

2º Más dudas.

Cómo hacer un curriculum, ya que es algo que había olvidado, que es lo que se demanda más ahora en profesionales de su experiencia, llegará con la formación que tiene, buscar masters en Madrid, aprender inglés en Londres, un postgrado en los USA, …. Nuevas incógnitas en una nueva situación. El problema es que hace 20 años, cuando comenzó a buscar trabajo, seguro que no tenía obligaciones familiares ni sociales y ahora sí, con lo cual las dudas se agravan con la presión de las cargas familiares y nublan la cabeza para pensar con claridad.

3º En paro pero no parado.

Cuando se da cuenta que su desempleo no es por su culpa, así como ya ha pensado como debe de presentar su curriculum, comienza al búsqueda. ofertas en cualquier medio, listado de contactos conseguidos durante toda su vida familiar, amigos, conocidos,…, cualquier medio es bueno para poder conseguir un trabajo.

4º Dudas y preguntas.

Si por desgracia es de los que no reciben llamadas para entrevistas de trabajo, vuelven las dudas: ¿será mi curriculum el ideal? ¿estaré mandando ofertas de empleo que se ajusten de verdad a mi perfil? ¿qué debo de cambiar para ajustarme a lo que demanda el mercado laboral? Aquí surge la primera gran duda que es necesario resolver para continuar nuestra búsqueda: ¿recolocación o reorientación laboral? Buscar un puesto de similares características al que venía desempeñando o lanzarme a otro tipo de trabajo en el cual considere que soy válido aunque no tenga experiencia demasiada en él.

De algo vale la experiencia, ya que se habrán aprendido ciertas habilidades que puedan permitir amoldarse a nuevos puestos.

Es vital resolver esta pregunta ya que de su elección el camino a seguir es muy diferente. En el primer caso es ‘patear’ lo indecible para conseguir un puesto como el que tenía y en el segundo habrá que mirar que medidas hacer para conseguir que sea válida su candidatura para otros puestos, incluso si hay que recibir algún tipo de formación.

5º Toma de decisión y acción.

Si escogemos cualquiera de ambas opciones, habremos marcado una hoja de ruta previa con los hitos a cumplir. Si el resultado no acompaña y no conseguimos trabajo, volverán las dudas. ¿Habré escogido la opción correcta? ¿En la opción escogido he hecho lo que realmente debía? Con lo cual, lo siguiente es la desesperación.

6º Desesperación y pedir ayuda.

Si no tenemos respuestas a las dos preguntas anteriores, es el momento de pedir ayuda a quien nos la pueda ofrecer. El no reconocer que se necesita ayuda externa es, probablemente, un error que no tenga vuelta atrás. Es imposible que sepamos de todo, además, si el problema de no encontrar trabajo está en nosotros mismos, digo yo que será mejor que analice la situación otros ojos con otra perspectiva.

Conozco de gente desempleada que por suerte no lo está y fue la ayuda externa la que la ayudó a salir del agujero.

7º Ánimos renovados.

Cuando empezamos de nuevo la búsqueda laboral siguiendo los consejos que nos han dado terceros, comenzamos con ánimos renovados. Esperanzas, nuevas ideas,…. Si la cosa funciona, ¡¡genial!! ¿pero si no funciona? Nuevas dudas. ¿Habré hecho bien lo que se me ha aconsejado? ¿Qué he hecho mal?

8º Desesperación.

No saber que hacer, situación que desborda por completo y, probablemente, reflexión si con más de 40 años volverá a trabajar algún día.

9º Emprender.

Algunos desempleados se plantean esta opción en las primeras fases y puede que tengan claro desde el principio que las fases anteriores no van con ellos. Emprender a la fuerza es el segundo gran error. No todos valemos para ser emprendedores, y mientras lo reconozcamos, mejor nos irá.

10º Apatía, desidia y dejadez.

Sentirse incapaz de no poder hacer nada y de que cualquier cosa que haga no va a suponer una solución. Sencillamente es lo peor que nos puede llegar a pasar.


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