Revista En Femenino

Tener al bebé en brazos: la gran polémica familiar

Por Mamikanguro @MamiKanguro

Uno de los temas que más polémica genera durante la crianza de un bebé es si se debe tomar en brazos al bebé o no. En mi opinión, es absolutamente necesario responder a las necesidades de contacto y afecto del bebé desde su nacimiento. Una forma básica de hacerlo es cogerle en brazos. Desde que nació, mi hija reclamaba estar en brazos casi permanentemente. No se quería quedar en la cuna, ni en el cochecito, ni en una hamaca. Sólo quería brazos. Su padre y yo la teníamos en brazos la mayor parte del tiempo. Ella estaba tranquila y feliz, y nosotros disfrutábamos de tenerla cerca. Jamás la dejamos llorar para que no se malacostumbrase a los brazos.

brazos

Pues bien, esto parece no gustar a algunas personas que creen que el hecho de que los bebés estén en brazos es un enorme problema. Cuando nos veían con el bebé en brazos nos decían “Tened mucho cuidado, que no se acostumbre a los brazos” o “Como sigáis cogiéndola tanto en brazos, veréis la que se os viene encima”. Nos anticipaban un montón de consecuencias horribles que sucederían por tener a la niña en brazos y por no dejarla llorar.

Parece que a los bebés hay que dejarlos llorar sin consolarles para que aprendan. ¿Que aprendan a qué? ¿A pasarlo mal? No lo entiendo. Si vemos llorar a un adulto tratamos de consolarle, ¿por qué a un bebé no?

Familiares, amigos, vecino e, incluso, desconocidos opinaban sobre lo peligroso que es coger a un bebé en brazos. ¿Y dónde está el peligro? Preguntaba yo. Pues muy sencillo, en que se acostumbren y se malcríen. ¿Y qué problema hay en que un bebé se acostumbre a estar en brazos? ¿Qué es malcriar? Para mí, malcriado es un niño al que no se le da afecto. Para mí, dar cariño no es malcriar.

Así, cuando mi hija tenía alrededor de 5 ó 6 meses, que ya se sentaba sin apoyo, manipulaba los objetos y comenzaba desplazarse reptando para explorar su entorno, empezó a reclamar los brazos cada vez menos. Un mes después, cuando comenzó a gatear, pedía estar en brazos mucho menos todavía. Ahora, con 11 meses gatea, se pone de pie y camina agarrada a los muebles. Como podréis imaginar, ya no quiere estar en brazos más que en momentos muy concretos. Ahora solo quiere jugar, explorar, moverse…

Y cuando nos necesita, ya puede comunicarse, puesto que empieza a decir sus primeras palabras. Por lo tanto, la seguridad que antes le aportaba la proximidad física de estar en brazos, ahora se la aportan sus incipientes habilidades motoras y de lenguaje. Puede seguirnos, llamarnos, acercarse y alejarse voluntariamente… Es decir, ya no necesita ese contacto físico permanente para estar tranquila y sentirse segura.

Mi conclusión es que si los bebés piden estar en brazos es porque lo necesitan. Responder a esa necesidad les aporta seguridad, confianza, tranquilidad y bienestar. Esto es la base de las habilidades emocionales que les permitirán ser independientes en el futuro.

Así que quiero animar a todas las madres y padres que quieran criar en brazos a sus hijos a que lo hagan sin preocuparse. Los peligros de los que avisan algunos son irreales completamente.

Disfrutad de los primeros meses de vuestro bebé teniéndolo cerca, cogiéndolo mucho en brazos y dándole todo el afecto que necesita porque dar cariño a un bebé nunca es peligroso y, menos aún, dañino.

Y a vosotros ¿os intentan disuadir de que cojáis a vuestro bebé en brazos?

Autora: Mónica Serrano


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