Las estrellas caen del cielo.
Lo decía Mari Trini en su canción ¿Por qué a mí, se me ha caído una estrella en el jardín? Pues mira que suerte. Las estrellas caen y a ella, le cayó en su jardín pero a mí, me ha caído una estrella en medio de salón…No ha roto mi tele ultra plana y ultra grande, de milagro…Se ha precipitado por una claraboya que conservé de la estructura original de la casa. Ha roto ese cristal que siempre está sucio (menos cuando llueve porque no hay forma de llegar a él) y se ha hundido entre cojines.
Hacía un minuto que yo estaba allí, estirada, viendo una comedia de amor. Cuando han interrumpido el momento clímax entre los protagonistas para una serie de siete minutos de publicidad, me he levantado del sofá para prepararme un chocolate caliente. Esa es mi perdición…o no. Esta vez, ha sido mi salvación.
Ni tiempo me ha dado a calentar la leche. Un gran estruendo, cristales rotos, polvareda…De la impresión, se me ha caído la taza al entrar en el salón.
¡Qué desastre! Miro el cielo a través de la claraboya rota. Es negro profundo. No hay ninguna estrella. ¿Será posible que la única estrella de esta noche , haya caído en medio de mi salón? Sí. Ha pasado. Mari Trini tenía razón.
Mírala. Ahí está, espachurrada en un sofá destruido…
Me acerco a la estrella que aún refulge levemente.
Es hermosa.
Me va a costar moverla y no sé dónde la voy a poner pero no puedo deshacerme de una estrella que me ha caído del cielo…
Algo me llama la atención. En el centro de su cuerpo estelar hay algo escrito. Leo: “Buena”.
Sonrío y me da un ataque de tos (aún hay mucho polvo y cascotes) y mientras me congestiono de tanto toser pienso, ¿Se puede ser más afortunado?
Tengo una buena estrella en mi salón…
NB : Revival. Mari Trini (Una estrella en mi jardín, 1982)