Imagen tomada del blog de Sina
Una doula es una mujer que acompaña a otra mujer durante el embarazo, el parto y el puerperio (o en alguna de esas etapas), ocupándose de su bienestar general y de sus necesidades, sobre todo emocionales. Es muy importante que exista conexión entre ambas, por lo que la embarazada puede elegirla libremente. Las doulas no llevan a cabo ninguna intervención sanitaria y, además, respetan las que realicen matrona o ginecólogo/a, aunque defienden un parto lo más respetuoso posible con la mujer. Prefieren que la embarazada permanezca en casa, donde estarán mejor atendidas, siempre y cuando las contracciones no sean regulares o la rotura de la bolsa de las aguas no conlleve ninguna complicación. Además se encarga de tranquilizar y aumentar la seguridad de la mujer en su capacidad para dar a luz. La doula acompaña durante el proceso a la embarazada en detrimento del padre o la abuela, que después tendrán papeles muy importantes durante la crianza del hijo, pero que, según las doulas, pueden entorpecer un parto, por miedo, por no saber qué hacer, por no saber cómo colaborar, etc. Se ha probado que las mujeres acompañadas por doulas tienden a tener una mejor vivencia de sus partos y cuentan con un mayor grado de confianza y seguridad, hecho que beneficia el vínculo mamá-bebé. Las doulas tienen una formación básica sobre embarazo, parto fisiológico, recuperación física de la madre, cuidados posnatales y acompañamiento psicoemocional de la mujer puérpera y se mantienen en formación continuamente, con especialistas en temas de crianza y salud natural. Asimismo la doula informa, pero respeta las decisiones que finalmente adopte cada mujer sobre el proceso de embarazo y parto. Cobran unos honorarios pactados previamente y existe una red de doulas en Red Circular de Doulas.