Esta mañana, ordenando un poco mi mesa de trabajo (nunca consigo tenerla medianamente presentable), he descubierto una columna de nuestro admirado Manuel Vicent que recortó hace algunas semanas mi mujer. No figura la fecha de su publicación pero, pensando en la cantidad de gente que he conocido en las obras y que hace bien su trabajo, no puedo evitar la tentación de volcar su contenido en este blog:
“Aunque tener clase no desdeña la nobleza física como un regalo añadido, su atractivo principal se deriva de la belleza moral, que desde el interior del individuo determina cada uno de sus actos. La sociedad está llena de este tipo de seres privilegiados. Tanto si es un campesino analfabeto o un artista famoso, carpintero o científico eminente, fontanero, funcionaria, profesora, arqueóloga, albañil rumano o cargador senegalés, a todos les une una característica: son muy buenos en su oficio y cumplen con su deber por ser su deber, sin darle más importancia”
Luis Cercós (LC-Architects)
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