Revista Diario

Tener otro hijo después de un bebé de alta demanda

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient

Desde que nació la Niña hace nueve meses, no te puedes imaginar la cantidad de mails que recibo preguntándome sobre cómo me he atrevido a tener otro hijo después de un bebé de alta demanda. O igual si te lo imaginas, porque quizá has acabado leyendo este post porque tu también tienes un bebé (o ya un niño) de alta demanda, que ha trastocado todos tus planes. Que idealmente pensabas tener otro hijo, tener una familia más grande, pero el día a día te tiene abrumada y ya no te ves capaz de volver a intentarlo.

Son muchas las ideas que me vienen a la cabeza cuando recibo estos correos y por desgracia no tengo tiempo para contestarlos uno por uno como me gustaría porque serían horas y horas las que tendría que dedicarles.

Me pasa, además, que me da un poco de miedo contestar algunas de vuestras preguntas porque no tengo muy claro si mi sinceridad es lo que más os conviene en el momento por el que estáis pasando. Ser tan consciente de lo durísimo que es criar a un bebé de alta demanda con frecuencia me hace debatirme entre hablar con franqueza o no.

Porque, por otro lado, para los que no saben de qué estamos hablando, pareciera que estamos hablando de algo terrible que les ocurre a nuestros hijos. No es fácil que nos entiendan desde fuera. Porque para nada es algo malo, en absoluto veo a mi hijo como un problema, una carga, una lucha o una condena, por más que sus primeros cinco años fueran extenuantes.

Es más, con el paso de los años he empezado a creer que es un don. El don de disfrutar la vida con pasión y no desperdiciando ni un segundo. A menudo siento admiración por su ansia de vivir y de entenderlo todo y pienso ojalá le dure para siempre. Que no se si esto lo hace más sencillo, ojo, pero el poder verlo con perspectiva me ha ayudado muchísimo.

En fin, que sí, que nosotros, a pesar de todo, hemos vuelto a tener otro hijo después de un bebé de alta demanda y quería plasmar aquí mis sensaciones casi un año después.

¿Qué es un bebé de alta demanda?

Yo suelo decir que cuando tienes un bebé de alta demanda, lo sabes.

Si tienes dudas sobre si tu bebé es o no es de alta demanda, entonces es que no lo es.

Y, sí, todos los bebés son demandantes, o deberían serlo. Lo normal es que un bebé demande muchísimo de sus padres. Aunque nos hayan vendido otra película, los bebés que duermen del tirón, solos, en sus cunas, sin brazos, sin teta, que se entretienen solos muchas horas con apenas nada, que se duermen en cualquier parte, que siempre sonríen a los extraños, que siempre están sonriendo… no, eso no es lo esperable de un bebé. Y ojo con esto porque estas expectativas generan mucha frustración y sufrimiento en no pocos padres.

Pero no, aquí no hablamos de las necesidades normales de cualquier bebé. Con alta demanda hablamos de un niño que necesita MUCHÍSIMO MÁS que cualquier bebé estándar.

Para centrar un poco el tema y no extenderme demasiado (aunque seguro que si estás leyendo este artículo es porque ya conoces la descripción que hacía el Dr. Sears) te recuerdo que las características de un bebé de alta demanda serían las siguientes:

  1. Necesidad insaciable de contacto físico, hasta el punto de que es casi imposible separarse de ellos ni aunque sea para ducharse.
  2. Maman con mucha frecuencia, porque la succión les produce calma y les ayuda a regularse, que es algo que les cuesta mucho. Son bebés muy tetadictos.
  3. Absorbentes hasta el extremo. Necesitan la atención constante del cuidador o cuidadores y nunca tienen suficiente, hasta el punto de borrar del mapa a cualquier otro niño o adulto que haya en la habitación.
  4. Incansables. El mundo es un lugar apasionante que deben explorar las 24 horas del día.
  5. Despertares frecuente. ¿Quién querría perderse algo con lo apasionante que es vivir? Ellos no, desde luego. Son niños para los que dormir es una pérdida de tiempo contra la que luchan con todas sus fuerzas.
  6. Nunca satisfechos, hasta el punto de desesperar al adulto, que siente que nunca logra cubrir sus necesidades básicas.
  7. No saben calmarse solos, tienen dificultad para autoregularse, par dormir, para estar relajados… El piel con piel es una necesidad.
  8. Muy sensibles a la separación de su cuidador principal. Y no suelen ser muy amigos de la gente desconocida, incluyamos aquí a todos los ajenos al círuclo más cercano.
  9. Muy intensos, para lo bueno y para lo malo.
  10. Temperamento impredecible. Es muy posible que cuando hayamos conseguido que algo nos funcione tengamos que volver a empezar porque todo ha cambiado.
  11. Bebés que siempre están explorando, en movimiento, en tensión, que no pueden parar, incluso cuando están mamando.
  12. Muy sensibles: a los gestos de sus padres, a los ruidos, a la temperatura, a las emociones de quienes les rodean… son niños que tienen un radar para percibir cualquier cambio en su entorno, cambios de los que no suelen ser muy amigos.
  13. Muy desarrollados para su edad, tanto en el plano físico como en el intelectual. Con frecuencia son niños precoces y maduros por encima de la media de su edad.

Obviamente no todos los bebés de alta demanda son iguales, pero estos puntos suelen darse todos, en mayor o menor medida.

Aunque esta lista pueda parecer horrorosa para quien no sepa de qué estamos hablando, lo cierto es que son niños realmente geniales. Abrumadoramente cansinos pero brillantemente especiales.

Como característica del comportamiento o del temperamento que es, esto no es algo que se pase con el tiempo. Con los años van modulándose, no sólo por su entorno sino por ellos mismos, porque acaban dándose cuenta de que determinados cambios les ayudarán a ser más felices, pero el paso del bebé de alta demanda al niño de alta demanda suele ser un momento complicado porque supone un doble reto.

La asfixia del bebé de alta demanda

En estos casi siete años de experiencia he llegado a la conclusión de que hay dos grandes retos en la crianza de un bebé AD:

  • El primero, la asfixia que produce un bebé tan insaciable. Su personalidad es tan arrolladora que ¡literalmente te arroyan! Y eso se puede llevar un tiempo, pero cuando pasan los años, hace mella.
  • El segundo, la falta de descanso, el sentirse falto de herramientas, incomprendido, a menudo incluso aislado del resto. Sientes que la vida de los demás continúa pero la tuya se ha detenido. Porque además es algo en lo que difícilmente te pueden ayudar ya que el bebé es muy probable que no quiera estar con nadie más que contigo… por lo tanto, da igual los ofrecimientos que te puedan hacer otras personas.

Cuando dejas de existir como persona

No son pocas las veces en las que he sentido que he dejado de existir como persona. Es una sensación de despersonalización brutal porque la demanda del niño es tan alta que no hay espacio para nada tuyo propio. No es sólo que sea complicado ducharse es que no puedes ni pensar.

Es algo que también pasa cuando tienes un bebé estándar pero de forma más autolimitada, tanto en intensidad como en el tiempo. En los niños de alta demanda, en cambio, la presión va subiendo con cada mes que cumple el bebé y te lleva auténticamente hasta el límite.

Los bebés de alta demanda son anticonceptivos 

Alguna vez cuando lo he dicho en voz alta han debido pensar que es broma, pero realmente creo que cuando tienes un día a día así… pocas ganas te quedan de volver a reproducirte.

Muchos padres hemos dicho alguna vez que si nuestro bebé de alta demanda hubiera nacido el primero es muy probable que se hubiera quedado en hijo único.

No te quedan fuerzas, te da pavor pensar que el siguiente bebé pueda ser igual de intenso y, no olvidemos tampoco que la crianza al límite pone a prueba a cualquier pareja.

Entonces, ¿por qué hemos tenido otro hijo después de un bebé de alta demanda?

Vale, si has llegado hasta aquí, ahora es cuando voy a empezar a contarte todo lo bueno 😉

En primer lugar, si me conoces un poco ya sabrás que me encantan los niños y que ser madre me parece la profesión más maravillosa del mundo. Lo saco a colación porque tener hijos en si mismo es una tarea muy dura para cualquier adulto y si además no te entusiasma como a mi, imagino que debe ser tremendo. En mi caso, incluso en los días más espantosos que hemos tenido años atrás (que te aseguro que fueron muchos y muy frecuentes) siempre me he acostado con la satisfacción de ser su madre.

Por otro lado, y aunque sea el tipo de cosa que nunca se deba decir en público, aquí sí te lo voy a confesar: Mediano es un niño alucinante. No es amor de madre, te lo garantizo. Ha sido un bebé fascinante y ahora mismo, con sus seis años largos, es un niño que enamora a la gente que tiene trato con él. Sí, no deja entrar a mucha gente en ese círculo, pero ay cuando abre sus puertas

Como decía al principio, la alta demanda no es una enfermedad sino una forma de ser. Es mala para los padres, pero en realidad son características que en un adulto las consideraríamos admirables. Mi Mediano es insistente como el solo, no ceja en su empeño y te estruja hasta agotarte… pero qué bien le va a venir eso cuando sea mayor y se proponga cualquier cosa.

En realidad, le admiro mucho. Admiro su fortaleza, me encanta su independencia, su gran autoestima, su cordura, su sensatez , su capacidad de concentración y de trabajo, cómo le gusta participar y colaborar, la enorme compañía que me hace y, sobre todo, sus ganas de vivir. Es un niño que contagia tanta felicidad que es imposible no adorarle, muy a pesar de todo el cansancio que produce.

Con esta descripción entenderás que aún habiendo estado cinco años sin dormir del tirón, lo pones todo en una balanza y dices bueno, pues al final hemos sobrevivido y hasta lo hemos disfrutado 🙂

El miedo a tener otro bebé de alta demanda

Una de las cosas que yo pensaba mucho durante el embarazo es cómo sería nuestra vida si nuestro tercer bebé fuera también de alta demanda.

Mayor no lo es, pero es un niño intensito también.

¿Podrían convivir en una casa dos niños AD? ¿Sería como un choque de trenes? ¿Descarrilaríamos definitivamente?

Por fortuna, la Niña no es un bebé de alta demanda. Esto no quiere decir que sea un bebé facilón, porque debe ser que yo de esos no se fabricar. Pero ella es la clara demostración de lo que yo decía antes: que los bebés son demandantes, mucho, pero siempre dentro de unos límites.

La Niña es demandante, no le gusta nada nadan nada estar sola, no se entretiene apenas, es muy miedosa y duerme poquísimo durante el día. Se despierta bastante por la noche, sí, pero le encanta el carro, a veces se duerme ella sola en la cama y puedo ducharme sin demasiados problemas… ¡Y además no es tetadicta! En fin, que es un bebé normal.

Tener otro hijo después de un bebé de alta demanda “está chupao”

Tener un niño AD es como un entrenamiento marine. Es tan intenso a todos los niveles que, como se suele decir, como no te mata, te hace más fuerte.

Cuando tienes otro bebé, y además es un bebé “estándar” es cuando te das cuenta de cuánto has aprendido de esa experiencia tan intensa que has tenido con el anterior. Que no es consuelo pero da mucha fuerza comprobar que la huella, al final, ha sido positiva.

Ah, y el sentido del humor… esa herramienta fundamental para superar casi todo en la vida… pues con esto que no falte. A mi cuando me preguntan que si la Niña se despierta mucho por la noche me entra la risa que me tengo que contener para que no me tomen por loca. ¿Mucho con respecto a qué? Si mi Mediano se despertaba tantísimas veces que yo he llegado a llorar entre otros efectos de aquella tortura de privación del sueño. Cinco años sin dormir del tirón, difícilmente la Niña podría superar eso ahora.

Mmm… y la empatía. Yo ahora entiendo tantas cosas de otros padres… y siempre escucho antes de hablar, y nunca juzgo en voz alta, intento sonreir más y desdramatizar todo lo posible, y no decir cosas absurdas cuando no sé qué decir, ni ir de lista, ni quitarle importancia a los dramas de los demás. Porque bastante tenemos cada uno con lo nuestro. Que yo a mi Niña, desde todo lo vivido, la gestiono con la gorra pero entiendo perfectamente que si hubiera caído en una familia de primerizos pues igual estarían agobiados. Y no pasa nada.

¿Cuándo tener otro bebé?

Esto es una decisión muy personal.

Mi opinión es que tienen que pasar varios años.

Porque aunque la alta demanda siempre va a estar ahí, ellos van madurando, se van modulando, y algunas cosas como el mamar mucho y dormir mal se van disipando con el tiempo. Antes de que eso suceda yo veo inviable tener otro bebé y me imagino que muchas otras familias lo verán igual.

Te diré que aunque los padres solemos querer a los niños seguidos para que jueguen y tengan más relación, tenerlos separados tiene sus ventajas. Mis hijos tenían ocho años y medio y seis años justos (la Niña nació el mismo día que él). Es una diferencia considerable y aunque tengo dudas de cómo será su infancia juntos, para gestionar el día a día es más cómodo porque ellos son bastante autónomos e incluso les puedo pedir ayuda con su hermana.

Cómo encaja un niño de alta demanda tener un nuevo bebé en casa

Este tema me preocupaba enormemente porque no sabía cómo podría gestionarlo. ¿Podría soportar compartir a su madre? ¿Podría yo ser capaz de sacar fuerzas para seguir cubriendo sus necesidades y al mismo tiempo atender a un bebé?

Nueve meses después puedo decir que aunque ahora mismo estemos quizá en el momento peor, las cosas han ido mucho mejor de lo previsto.

Me ha sorprendido su madurez para entender las necesidades que tienen los bebés sin tener que explicarle nada, incluso para reclamarme que le de a su hermana lo que él piensa que ella necesita. Es como si quisiera extender su propia necesidad también a ella así que a menudo me dice que la coja, que la consuele, que no la deje sola… ¡Me echa la bronca!

Desde el minuto uno la ha querido muchísimo y ha demostrado querer cuidar de ella.

¿Tiene celos? Pues ahora que la Niña empieza a destacar, porque no es lo mismo tener 9 meses que ser una recién nacida, SÍ. Por supuesto que el también quiere palabras bonitas y quiere pasar más tiempo conmigo, sobre todo viendo que su madre está todo el día con la Nueva. Pero no más celos de los que tendría cualquier otro niño.

Está claro que la edad ayuda. Si no hubiera tenido seis años como nació, no sé cómo lo habría encajado. Sospecho que muy mal.

Yo he tenido muchos miedos. Pero en lo que respecta a este tema, te puedo asegurar que se puede sobrevivir. Se puede incluso vivir.

Si es tu sueño tener otro hijo después de un bebé de alta demanda, persíguelo. No te digo que te lances a lo loco, no. Espera a tener fuerzas, valora cómo está tu hijo evolucionando con el tiempo y cómo podría encajar ese cambio en la familia. Porque si realmente sientes la llamada de tener otro hijo estoy segura de que terminarás encontrando la señal.

No me quiero enrollar más porque, como siempre, me ha salido un post muy largo. Prometo escribir más sobre el tema, hay mucho qué hablar sobre la alta demanda, especialmente en niños que comienzan a ser mayores.

Por favor, si tu también has tenido otro hijo después de un bebé de alta demanda, déjame un comentario y hacemos tribu. Estoy segura de que podemos apoyarnos y ayudar a otras familias.

La entrada Tener otro hijo después de un bebé de alta demanda se publicó primero en Mamá (contra) corriente.


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