Para mi, ser efectivo significa hacer las cosas correctas de forma correcta en el momento correcto. Visto así, efectividad es cuestión de intenciones y de elegir bien qué hacer en cada momento.
Este post de José Miguel Bolívar nos explica de forma detallado cuál es la mejor forma de tomar esta decisión:
La idea es dedicar proactiva y regularmente un tiempo a pensar y a decidir qué tiene sentido para nosotros, y qué resultados alineados con ese sentido queremos conseguir en las distintas áreas de nuestra vida.
La ventaja de desarrollar estos hábitos proactivos es que da lugar a una intuición bien informada, lo cual nos va a permitir preguntarnos para qué hacemos lo que hacemos, pero hacerlo de manera inconsciente, intuitiva, lo cual representa una gran ventaja sobre la opción anterior, ya que a) no consume energía y b) no interfiere con ningún principio productivo.
La clave está en esa intuición informada, que se forma mediante los procesos de perspectiva (en GTD) o propósito (en KENSO).
Muchas veces subestimamos la importancia de tener claro qué quieres conseguir y para qué.
No es coincidencia que en nuestros talleres siempre trabajamos primero esta parte tan esencial antes de tratar flujos de trabajo y maneras de organizar tus compromisos.
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