Hay que ser claros y los hijos aunque parece una contradición, nos unen pero también nos separan. Sabemos que los hijos materializan el amor de la pareja y son el fruto de su unión. Son un examen que prueba la inteligencia emocional de los padres y también sus relaciones de pareja.
Durante los primeros tres años del niño
, que suelen ser los más difíciles, se da tal dependencia del hijo que los padres no disponen de tiempo para ellos lo que a menudo agota su paciencia. Muchos padres confiesan que atender todas las necesidades del niño les ha hecho reducir la frecuencia de sus encuentros sexuales : es el cansancio, la inapetencia, su mal humor … No saben, pero la energía sexual ha desaparecido desde que son padres.
¿Dónde está ahora? La pérdida de energía tiene que asumirla la pareja con resignación pero también con optimismo, pensando que No tienen que contemplarla como una crisis en la relación sino que es cuestión de tiempo … Sí puede ser angustiosa pero más tarde pueden recuperar los momentos para organizarse entre ellos y que su hijo vaya adquiriendo un poco de autonomía y ellos rescaten su antigua intimidad.
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Otra pérdida que notan los padres es que ha desaparecido la espontaneidad. El control es necesario porque el reloj cambia, y las horas no pasan como antes, ya no puedes sentir la libertad de decidir cada momento : la hora de la papilla, el cambio de pañales … No os podéis ir por ahí sin rumbo fijo, a dormir en cualquier punto del camino. Todo esto en una mayoría de casos debe esperar. Porque vuestra forma de vivir cambia completamente sin que lo podáis apreciar.
Pero ese no es el problema, lo más peligroso es que la pareja olvide lo que son en realidad. El cuándo y el por qué decidieron tener un hijo. Y de que ya no recuerden todo lo que podían hacer juntos … Es por eso que la pareja debe saber que con la llegada de un hijo la vida en común cambia por completo, y también que ese cambio no debe hacer que se deje de luchar por ella.
Es aconsejable buscar ayuda si se puede, y aprovechar los pequeños ratos para dedicarlos el uno al otro. Puede ser un fin de semana -sin niños-, ir a un concierto -sin niños-, o hacer planes para una cena romántica –sin niños– claro. Tenéis que entrenaros para desapegaros de los hijos, y no valen excusas como los echo demasiado de menos o no sé estar sin ellos. Esto sólo indica que habéis dejado de ser personas, amigos o amantes para ser sólo padres.
La paternidad no es un oficio es una forma de ser, que no anula otras formas de ser, que no separa a la pareja. Para buscar el equilibrio entre amantes y padres, a veces es necesario recurrir a la Terapia Sexual a un sexólogo que ponga en orden los roles que garantizan la estabilidad de la pareja y lo que es absolutamente necesario para su supervivencia.
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Ana de Calle
Ana de Calle es Sexóloga Clínica y Terapeuta de pareja, con 8 años de formación en Psicoanálisis. Especialista en Orientación y Asesoramiento sexual, Individual y de Pareja. Asesora matrimonial. Dirige el Centro Integral de Salud CERES. Como escritora ha colaborado rn medios de comunicación como ‘El País’ y diversos programas de radio.
Además es autora de un sinfín de colaboraciones en los últimos 29 años de experiencia profesional. Desde hace unos años mantiene también el blog www.elsexoesvida.com, con cientos de posts sobre sexualidad.
Ana de Calle tiene su consulta en Madrid, aunque atiende también por teléfono o Skype. Contacte o pida cita en el teléfono +34 639555994.
Twitter: @AnaDeCalle
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