La expresión de Islas afortunadas o islas de los bienaventurados tiene origen griego y hacía referencia al lugar donde las almas virtuosas gozaban de un reposo perfecto después de su muerte (un equivalente al paraíso de otras tradiciones religiosas que creen en el más allá).
Los griegos les atribuían incluso una ubicación concreta, más allá de los confines occidentales, identificándose tradicionalmente con los archipiélagos de la Macaronesia, es decir, con lo que ahora conocemos como Azores, Madeira, Cabo Verde... o las Islas Canarias.
De las Islas Canarias toca el turno, en el presente post, comentaros la isla donde viví siete años de mi infancia: Tenerife. Como os decía en el anterior post, a continuación os menciono alguna recomendación a visitar, en sentido contrario a las agujas del reloj, por si os apetece recorrer toda la isla y conocer por qué vuestra alma virtuosa podría elegir esta maravilla como su destino final:
San Cristóbal de la Laguna: conocida como la Laguna, fue la capital de Tenerife, siendo actualmente una histórica ciudad canaria que posee además, una larga tradición universitaria. Su modélico trazado colonial, declarado Patrimonio de la Humanidad, alberga algunos de los monumentos religiosos más importantes de la isla, entre ellos su Catedral, así como multitud de casas señoriales de los siglos XVII y XVIII. No hablaré mucho más de la ciudad, la mejor guía para conocerla es sin duda, acompañar vuestros pasos con la lectura de las novelas mencionadas en anterior post.
La Orotava: si seguís el mapa indicado, en el sentido contrario a las agujas del reloj, os encontraréis con una de las zonas turísticas más importantes de la isla de Tenerife. Como dato curioso, fue aquí donde acabo la conquista de la isla en 1946. En este municipio tinerfeño disfrutarás de un clima y un paisaje envidiable, además de una estupenda vegetación que os acompañara en este maravilloso valle. Algunos de los lugares de visita obligada de la localidad son: la Casa de los Balcones, los Jardines Victoria o la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción.
No perdáis, si podéis, la oportunidad de visitar esta localidad durante las fiestas del Corpus Christi (junio), ya que la ciudad se transforma, entremezclando lo religioso y la tradición. Durante estas históricas fiestas (datan de 1264) la ciudad se adorna con alfombras y tapices de flores y arenas volcánicas, precioso es el simplemente el mejor adjetivo que se me ocurre ahora.
Puerto de la Cruz: el principal atractivo turística de esta ciudad del centro norte de la isla es pasar el día en las piscinas Lago Martíanez, un espectacular complejo (obra del célebre artista César Manrique), que incluye un lago artificial de agua de mar que ha sido formado a modo de una gigantesca esmeralda verde rodeada de amplias y tranquilas zonas de solarios, playas y exóticos jardines.
Este lago ocupa una superficie de unos 33.000 m 2 que han sido ganados al mar. Para que te hagas idea del tamaño de semejante piscina, el lago cuenta con un total de cinco islas naturales, una de las cuales (la central) se concibió como sala de fiestas subterránea; mientras que las cuatro islas restantes albergan un restaurante de lujo y un grill entre otras instalaciones. Y como una imagen vale más que mil palabras...
Otra opción (que no existía o no recuerdo de cuando vivía por aquellas latitudes) es visitar Loro Parque, un parque temático/zoológico donde podrás ver grandes espectáculos con animales (delfines, leones marinos, orcas etc.), que se repiten varias veces al día para que puedas acudir a todos los que quieras sin grandes problemas y con los que, sin duda, pasaras un día inolvidable, sobre todo si viajas con niños.
Icod de los Vinos: conocido como "la ciudad del Drago" por albergar un enorme y famoso ejemplar de drago, un árbol milenario y declarado Monumento Nacional que mide unos 18 metros de altura y un perímetro en la base de veinte metros y más de trescientas ramas principales. Es uno de los símbolos más emblemáticos de la isla de Tenerife y sus flores son preciosas (se estima que en años de buena floración puede llegar a producir hasta mil quinientos ramos de flores). El tronco tiene una enorme cavidad que se eleva hasta los 6 m. de altura, a la que se accede por una puerta. La edad del drago ha sido muy discutida a lo largo del tiempo, barajándose más de 3.000 años, aunque no se ha podido confirmar dicha longevidad, siendo la opción más fiable la que da al Drago de Icod una edad estimada entre los 800 y 1.000 años.
Teide: el Parque Nacional de las Cañadas del Teide es lugar de visita imprescindible para todo aquel que viaje a Tenerife. Pasarás por los frondosos bosques del Parque Natural Corona Forestal, la mayor reserva natural protegida del archipiélago (más de 46.000 hectáreas) que curiosamente recibe este nombre porque forma una especie de anillo que rodea el Parque Nacional. A partir de los 2700 metros de altitud el paisaje cambia drásticamente y el verdor de la vegetación es sustituido por un paisaje árido, casi lunar, compuesto por formaciones rocosas, buen número de conos volcánicos, calderas y coladas o ríos de lava.
A lo largo de la carretera iréis encontrando distintos miradores (señalizados) donde ir haciendo paradas para contemplar el majestuoso paisaje, resultado de las erupciones del volcán Teide, que, dicho sea de paso, constituye la mayor altura del país con 3.718 metros sobre el nivel del mar, y ha sido declarado por la UNESCO patrimonio mundial como bien natural.
Playa de las Américas: este lugar, meca turística construida a finales de los años 60 y que linda con Los Cristianos y Costa Adeje, es un recuerdo vivo de muchos veranos y vacaciones. Actualmente es famoso por ser la capital de la fiesta, sobre todo las Verónicas, repleto de discotecas, música en directo, tiendas, restaurantes y jóvenes con ganas de pasarlo bien (tenedlo en cuenta si vais de turismo familiar).
Con toda seguridad alguno estaréis comentando que me faltan muchas visitas a recomendar... cierto, pero mi memoria es selectiva como os decía, han pasado muchos años desde mis recuerdos de una infancia en Tenerife, y los que no os he comentado, los he olvidado.