Tenés el cuerpo pegado a la ropa y los ojos pegados a la pared, no sabés qué mirás ni qué tenés pegado en las manos, si estás solo o no, pero estás solo, con eso que te pegaron en las manos, tenés el pelo lleno de locura y el cuerpo pegado a la ropa, no sabés qué mirás, ni qué pensás, ni qué pegas, pero tenés el pelo pegado a lo que no estás, así, en cuclillas, casi invierno, casi solo, casi acompañado, casi hoja, estás con los ojos allá, más allá, más allá de lo que tenés pegado en las manos, te agarrás de eso para no caer y se te nota en el pelo, en esa locura pegada y sucia, tenés el cuerpo pegado al cuerpo, y la pared a los ojos, mirás lo que no sabés y te sostenés de lo que no tenés pegado en las manos, estás solo o no, pero estás solo, con eso que te dieron en el silencio, tenés la locura despeinada, y el cuerpo pegado a los pensamientos, no sabés qué moverte, ni qué reír, pero tenés el pelo pegado a la ropa.
Foto: Hans Bellmer