«Han pasado 50 años, el 8 de octubre de 1967, Ernesto Che Guevara de la Serna fue capturado por el ejército boliviano en las proximidades de la aldea de La Higuera, al sudeste de Bolivia. Al día siguiente lo fusilaron sin juicio previo.»
Cubierta de: ‘Tengo a papá’
Ninguno lo esperábamos. Es su obra más atrevida. Juan José Benítez sorprende a propios y extraños con un libro sobre la últimas horas del Che. Había mil temas, mil posibilidades, mil apuestas… Todos han perdido, pero ha ganado el periodismo y la verdad. Sólo él se podía atrever a escribir lo que ha averiguado sobre uno de los personajes más queridos y odiados de la historia.
Hay que despojarse de creencias. Hay que estar dispuesto a tener la mente abierta y a leer aquello que no está planeado. Los defensores del Che Guevara podrán enseñar y hondear Tengo a papá, un libro que muestra la crudeza lo ocurrido pero que jamás toma partido. Es un libro demoledor, pero sin calificativos. Se pueden dar todos, pero J. J. Benítez deja que sea el lector quien juzgue. Sus enemigos también hondear esa bandera contra el Che.
Unos y otros encontrarán en el libro argumentos para sostener sus ideas, pero sólo lo hará con orgullo quien esté dispuesto a conocer una historia verdaderamente sobrecogedora que empezó cuando en diciembre de 2011 J. J. Benítez localiza en Estados Unidos a un exagente de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos) al que la obra llama Mendi: “La información proporcionada por Mendi me interesó vivamente: en 1967 fue testigo de excepción de la muerte del Che Guevara en una aldea del sureste de Bolivia”.
‘Mendi’, a la izquierda, junto al Che Guevara, el 9 de octubre de 1967. Una hora después era fusilado.
A partir de esa entrevista, el periodista –más periodista, reportero e investigador que nunca- se dedicó a reconstruir los pasos de uno de los personajes más emblemáticos y desconocidos del siglo XX. “El instinto no me engañó. Los hechos son más dramáticos de lo que contó en su momento”, concluye.
La búsqueda de Benítez en sus decenas de viajes a Bolivia convirtieron a este país en su segunda casa durante un largo tiempo. Localizó el testimonio de uno de los guerrilleros que acompañó al Che hasta muerte y a oficiales del ejército boliviano que participaron en la captura del más buscado de los hombres. Se trata de una historia de traiciones y de locura que llevaron al Che y a sus hombres a un final que muchos deseaban: matarlo. Cuando lo capturaron, uno de los oficiales que atrapó al guerrillero dijo: “Tengo a papá”. De ahí el título…
Entre sus “amigos” estaban sus enemigos…
Y sus enemigos dieron la orden, también en clave: “Fernando 700”. Es decir: asesinar al preso. Ese preso era el Che. Eran las 12 horas y 10 minutos de la mañana cuando el suboficial Mario Terán cumplió la orden dada y una ráfaga de ametralladora acabó con la vida del comandante Ernesto Che Guevara. Horas después, las autoridades emitieron una nota de prensa en donde decían que murió en combate.
Como bien cuenta J. J. Benítez, la totalidad de la información procede de tres grandes fuentes:
— El diario de Roselló, uno de los guerrilleros que acompañó al Che desde la Sierra Maestra, en Cuba, hasta su muerte.
— El diario de Saturno, uno de los oficiales del ejército boliviano que participó en la captura del célebre guerrillero.
— El diario de Mendi, entonces (1967) agente de la CIA.
Y naturalmente otras muchas fuentes…
Ha pasado medio siglo desde aquel suceso, y la opinión pública sigue dividida. ¿Fue el Che un héroe? ¿O se trataba de un asesino despiadado a la cabeza de una banda de guerrilleros comunistas? J. J. Benítez, gracias a su predilección por personajes malditos, ha dedicado seis años de investigación para tratar de averiguar qué sucedió en las últimas horas del mítico guerrillero argentino y a quién cabe atribuir su muerte.
Una obra desmitificadora que nos descubrirá quién ordenó matar al Che, cuál era su cara oculta o cuál es el verdadero paradero de su cuerpo, entre muchos otros misterios alrededor de su figura.
El libro incluye una gran cantidad de fotografías muy interesantes todas.
Lee y disfruta del primer capítulo del libro.
J. J. Benítez
El autor:
Juan José Benítez López, más conocido como J. J. Benítez nació en Pamplona, España, el 7 de septiembre de 1946. A su refugio lo llama Ab-bá, que es una palabra aramea. Vivió en dos cuarteles de la Guardia Civil (dieciocho años). Cursó estudios en los Hermanos Maristas (once años). En 1965 se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra (España) (ahora es apóstata). Fue redactor de La Verdad de Murcia (1966-1968). Se especializó en diseño (allí dio su primer beso). Hizo el servicio militar en el CIR número 10, en Zaragoza. En 1968 empezó a trabajar como redactor en El Heraldo de Aragón (allí se casó). En 1972 se trasladó a Bilbao, contratado por La Gaceta del Norte (ese mismo año descubrió el fenómeno OVNI y se especializó en grandes enigmas). En 1975 publicó su primer libro: “Existió otra humanidad“. Hasta el momento ha escrito 63 libros (cinco inéditos). En 1979 abandonó el periodismo activo y se dedicó a la investigación (con la oposición de todos). Actualmente vive junto a la mar, su segundo amor. Se casó por segunda vez. Tiene diez nietos. Celebra la Navidad el 21 de agosto. Tema favorito: Jesús de Nazaret. Admira a Julio Verne y a José Benítez, su padre. Hasta el día de hoy ha dado más de cien veces la vuelta al mundo (demasiadas). Ama la música, la lectura y el cine. Se dedica, fundamentalmente, a pensar. En los ratos libres escribe.
El libro:
Tengo a papá. Las últimas horas del Che ha sido publicado por la Editorial Planeta en su Colección Biblioteca J. J. Benítez. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 164 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo un vídeo grabado en el programa “Amigas y conocidas” de La 1 de TVE el 9 de septiembre de 2017.
Para saber más:
https://www.jjbenitez.com/
El cadáver del Che, mostrado a la prensa internacional en Vallegrande (Bolivia)
. Eran las 12 horas y 10 minutos cuando una ráfaga de ametralladora del suboficial Mario Terán acabó con su vida. Horas después, las autoridades emitieron una nota a la prensa en donde decían que murió en combate.
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