En torno al 80% de las embarazadas tienen dolor de espalda en algún momento de la gestación.
¿Por qué duele la espalda?
Existen una serie de factores que predisponen al dolor de espalda durante el embarazo:
- La relajación de los músculos abdominales, debido al aumento del tamaño del vientre, hace que la embarazada se arquee hacia atrás (hiperlordosis lumbar) y use excesivamente la musculatura de la espalda para mantener su equilibrio.
- El aumento de la hormona relaxina flexibiliza los ligamentos de la pelvis provocando una inestabilidad de la articulación sacro-iliaca, lo que puede causar dolor en la zona lumbar baja y las nalgas.
- Contracturas en músculos de la pelvis (piramidal, glúteos,…) por la tendencia a la rotación externa de las caderas, pueden comprimir la raíz del nervio ciático y provocar una ciática o lumbo-ciática.
- El aumento del peso y el tamaño de las mamas así como las malas posturas pueden generar contracturas y dolor en la zona media-alta de la espalda.
- El sedentarismo y el reposo provocan una pérdida de fuerza y masa muscular aumentando la probabilidad de que la musculatura se sobrecargue.
- El aumento de peso hace que la musculatura de la zona lumbar deba trabajar más y agrava la tendencia a su contractura.
¿Qué hacer cuando me duele?
Debemos acudir a un fisioterapeuta, que es el profesional sanitario que podrá ayudarnos a aliviar el dolor únicamente a través de medios físicos (¡nada de fármacos químicos!).
El tratamiento variará en función de la patología y siempre estará encaminado a aliviar el dolor y devolver su función a la estructura afectada.
Dentro de la fisioterapia existen numerosas técnicas indicadas durante el embarazo para aliviar el dolor de espalda como son:
- Masoterapia: relajación de la musculatura a través de técnicas de masaje.
- Termoterapia: aplicación de calor superficial con el fin de relajar la musculatura.
- Cinesiterapia: movilizaciones articulares encaminadas a devolver el rango de movimiento adecuado de cada articulación.
- • Stretching: estiramientos musculares.
Además, tu fisioterapeuta te indicará pautas de ergonomía e higiene postural para prevenir que vuelva a aparecer el dolor.
¡Pero no hay que dejarle toda la responsabilidad al fisio! La mejor manera de prevenir y tratar el dolor de espalda es el ejercicio físico. La movilidad articular y la potenciación muscular a través de ejercicios como la natación o el Pilates son de gran ayuda en el tratamiento del dolor de espalda.
Los cinturones de estabilización pélvica también son útiles en los casos de inestabilidad sacroilíaca.
¡No dejes que empiece a dolerte la espalda! ¡Muévete, la clave está en la prevención!
