Me dirijo a ti, un impaciente consumidor de arte, descontrolado, hambriento de nuevas historias y sensaciones.
Imaginemos que acabas de leer un libro, de ver una película, de escuchar una canción que ha cambiado la forma en la que veías las cosas, tal vez, ahora estás vigilando todo lo que se mueve esperando encontrar algún ser mágico o quizás observas a la gente interpretando sus gestos para averiguar si traman algo, o si podría ser que alguno de ellos resultara el amor de tu vida. A veces incluso te refugias en tu propia mente y desatas tu imaginación creando historias increíbles en donde obviamente eres héroe y protagonista, pero todo termina por acabar cuando abres los ojos y entonces las creaciones de tu mente desaparecen
¿Per por qué no te pasan esas cosas increíbles, a pesar del esfuerzo que pones en ver las cosas de un modo diferente?
Es porque la magia que hay en el mundo real existe, pero es un poco más aburrida y evidentemente, mucho más lenta. Es más aburrida porque no se presentan oportunidades diarias de enfrentar lo desconocido, de salvar al mundo o de compartir con seres fantásticos y es más lenta porque las sensaciones que se sienen como magia demoran en ser construidas.
Pero no significa que la magia y lo excepcional no exista en la vida diaria, tal vez no basta simplemente con buscar señales porque es mucho más factible que intentes hacer tu propia magia, esa que te haga feliz, que te haga sentir que las cosas son diferentes.
Si quieres mundos nuevos, escribe.
Si quieres representar, pinta.
Si quieres emocionar, canta.
Haz lo que sea, que al final, lo que te guste y logre hacerte feliz será lo que te haga soñar, emocionarte y vivir en un mundo diferente aunque vivas en este que compartimos to
dos.