Revista Salud y Bienestar

Tengo hígado graso ¡¿qué hago?!

Por Juanpbruno
Hoy en día muchas son las enfermedades que nos afectan debido a malos hábitos alimentarios y/o malos estilos de vida.
Esta patología ocurre cuando el hígado acumula ácidos grasos y triglicéridos en los hepatocitos, lo que dificulta mucho el funcionamiento de éste órgano. Una de sus principales causas es el consumo de alcohol, siendo éste un factor muy importante, el cual puede dañar al hígado hasta el extremo de causar una temida cirrosis hepática. También debemos tener muy presente que el hígado graso puede ocurrir por otros factores inflamatorios, independientes del alcohol, como lo son la resistencia a la insulina (RI), el estrés oxidativo y la liberación de citokinas.
Se ha observado de manera extremadamente frecuente que ésta enfermedad se asocia básicamente a factores de riesgo como Obesidad, Diabetes, Hipercolesterolemia e Hipertrigliceridemia, siendo más frecuente en mujeres que en hombres y que ahora es posible encontrar personas sin estos factores de riesgos con hígado graso.
Por lo general, esta enfermedad es sumamente asintomática y la única manera de descubrirla es a través de una ecotomografía que muestre al hígado de un color un tanto brillante. En el caso de presentarse síntomas, algunos de estos son básicamente dolor abdominal en la parte superior derecha o síntomas de insuficiencia hepática, siendo éste último el menos frecuente.
Es importante destacar que la mayoría de las personas con hígado graso no van a desarrollar consecuencias graves de la enfermedad, pero de todas maneras hay que tener mucho ojo con ésta patología ya que es probablemente la causa más frecuente de cirrosis criptogénica (cirrosis en que no se encuentra la causa).
Pero si te diagnostican hígado graso y no sabes que hacer, dejame decirte que el tratamiento de ésta enfermedad consiste en básicamente bajar de peso y aumentar la actividad física, tratando de cambiar estilos de vidas, evitando el consumo de alcohol y evitando el consumo de medicamentos innecesarios. Otro dato que puede resultar muy útil, sobre todo en etapas avanzadas, es el consumo de antioxidantes como la vitamina E.

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