Revista Diario

Tengo miedo

Por 1maternidad_diferente
Tengo miedo Ayer estuvimos en la ecografía de las 20 semanas. Yo andaba bastante mentalizada de la panorámica general de nuestra situación, pero en la visita de la semana pasada a la ginecóloga le entró la vena poética y comenzó a decirme que 2+2 no son necesariamente igual a 4 en medicina. Todo esto a cuento de que yo no me tomo ningún suplemento vitamínico ni de yodo ni de ácido fólico. Con el pronóstico que me han dado, lo que menos me preocupa es que la tiroides de mi hija no esté correctamente desarrollada.
No sé si fue esa aseveración, que desencajó mis esquemas, o que ninguna madre está preparada para escuchar como hasta tres ginecólogos comentan las "particularidades" anatómicas de las entrañas de tu bebé: "higroma gigante", "oligoamnios severo", "pulmón colapsado", "derrame pleural" o "riñón hidronefrótico" fueron algunas de las lindezas que desfilaban por sus labios. Todo eso, sin la más mínima consideración a los padres que allí escuchábamos lo que ellos decían, o por las lágrimas que se nos escapaban sin quererlo (que ya sabemos que en esta sociedad con los médicos hay que ser muy discretito).
Salí de allí completamente descolocada. Tanto, que la mínima desviación de la normalidad en la comida familiar se terminó convirtiendo en una discusión que terminó conmigo marchándome a tomar un poco el aire. Después de mucho pensar y darle vueltas al asunto, llegué a la conclusión de que tengo miedo.
  • Tengo miedo de la madre en la que me estoy convirtiendo. Tengo muy claro la madre que quiero ser y la madre que soy y/o puedo llegar a ser, pero no dejo de darme cuenta de como estos días malos afectan y merman la paciencia con mis hijos e incluso con mi marido. Tengo miedo. Sé que no es justo para ellos y no me gusta.
  • Tengo miedo de no ser capaz de querer a mi hija. Quiero a Mi Pequeña Flor con locura y sé que ella necesita más mi amor que cualquier otro niño "normal". Pero ayer salí de la ecografía asustada, imaginando la "deformidad" de mi pequeña y poniendome en el caso de que cuando finalmente la vea fuera de mi vientre, en lugar del amor me embargue el espanto.
  • Tengo miedo de no ser capaz de parir a mi hija. Yo, que he dado a luz a dos lozanos hijos de 4,5 kilos cada uno en dos partos de esos que se pueden llamar "express", terminé ayer pensando si realmente voy a ser capaz de parir vaginalmente a esta bebita.
  • Tengo miedo de arrepentirme del camino que he tomado y que ya sea demasiado tarde. Es un miedo un poco raro, porque tengo muy claro por qué estoy aquí  y es básicamente por la imposibilidad de tomar el camino alternativo. Pero tengo miedo de cómo llega a afectar esto a mi familia y de si realmente no hubiera sido mejor interrumpir el embarazo, por muy doloroso que eso pudiera llegar a ser. 
  • Tengo miedo de cómo la muerte de su pequeña hermanita puede afectar a mis hijos. Ellos hablan de ella. El otro día comentaban lo contentos que estaban de que fuera una niña y hablaban entre ellos de cómo habría que presentarle a toda la familia. Darío incluso hizo un dibujo de ella. Ayer sabía que iba al médico a ver a la bebé y me preguntó si estaba mejor. Le contesté que no, y que todos los planes que hagan con su hermanita los tendrán que hacer mientras ella esté en la tripita de mamá.
  • Tengo miedo de que mi marido se canse de aguantar mi mal humor, mis arranques de furia, mi tristeza o mis errores con los peques y de que algún día se de cuenta de que están mejor sin mí. 
  •  Tengo miedo de convertirme en una madre tóxica. En una persona amargada y frustrada. En alguien que no quiero ser.
 En fin, ayer y hoy mi mantra no funciona. No estoy bien, pero, de momento, sigo adelante. A pesar de mis miedos, sé que tengo muy buenas razones por las que sobreponerme, luchar y seguir adelante. Sé que todos estos miedos son infundados, pero también sé que los miedos no son precisamente racionales.

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