Tengo miedo al coronavirus

Lo reconozco, tengo miedo al coronavirus. Aunque realmente no es al virus per se, si no a todo lo que le rodea, todo lo que ello implica.

Admito que, hace unos cuantos días, yo era de las que pensaba que esto sería como una gripe y que tanto alarmismo me parecía exagerado, que sí, que habría que aumentar las precauciones de lavarse las manos, taparse la boca al toser pero poco más. Actualmente mueren unas 6.000 y pico personas al año por gripe y la verdad que no veo tanta preocupación social por ello, por eso no temía al este nuevo virus, hasta ahora.

Tan solo unos pocos días después tengo miedo al coronavirus. Aunque, si soy sincera, no es solo miedo, es ansiedad, preocupación, agobio, confusión, desconcierto, tristeza, ante la incertidumbre sobre el futuro a corto plazo, ante el posible contagio de mis padres que son personas de riesgo, ante la posibilidad de enfermar de manera grave y que los hospitales estén colapsados y no puedan atendernos, ante la duración de este encierro (el cual creo que será mayor de dos semanas y de cuatro), ante el impacto económico que acarreará esta crisis...

Trato de no agobiarme demasiado, de que mi hija de cuatro años no sea consciente de lo que está realmente sucediendo, de entretenerme como pueda, pero hay varios momentos en el día en el que no puedo evitar que mi cabeza le dé vueltas a todo para intentar entender algo de lo que está ocurriendo, porque ha venido tan de golpe que es de locos.

Y no me sirve ahora, a día de hoy, quejarme de cómo se han hecho las cosas, cómo han actuado las autoridades, de nada sirve. Quiero pensar que de haber sabido la que se nos venía encima hubiesen impuesto más medidas. Dudo que haya algún interés político más allá de pensar en la economía del país. Y si lo hay, ahora mismo cabrearme no cambia la situación actual.

Nada de eso cambia esta situación tan caótica y ansiógena del jod*** coronavirus, donde parece que la gente se ha vuelto irracional porque entre los agonías que han arrasado en los supermercados con todo lo que han podido (aún no entiendo lo del papel higiénico...) y los que se toman esto a pitorreo y deciden seguir saliendo a la calle aunque eso implique que el virus se extienda más y más (malditos insensatos!!!) nos merecemos lo que nos pase.

El problema es que aunque no suelo ser una histérica, sí me gusta prever las cosas, tanto alarmismo empieza a hacer mella. Trato de pensar en la cantidad de cosas que tengo y puedo hacer en casa: una vez que pasas aquí tanto tiempo te das cuenta de que podrías limpiar cosas que no haces a menudo, ordenar lo que sabes de sobra que está desordenado pero que por pereza y rutina pasas, aprovechar para cocinar con tiempo, inventar mil juegos con mi hija, estudiar el máster que estoy haciendo... si cosas hay que hacer, pero a veces todo se junta y se hace bola.

Encima ya me ha tocado (total, tarde o temprano me iba a tocar de igual manera) ser la primera madre del grupo de padres de Whatsapp en decir que si no se contrasta la información no la compartan porque... ¡madre mía! qué pesada es la gente compartiendo audios y noticias falsas que solo meten más y más miedo. Luego pensarán que soy una borde pero es que la gente es una jod*** histérica y me estaban empezando a poner de los nervios.

Sí, sé que esta situación no es eterna, que hay situaciones muchísimo peores. Y que habrá gente que fallezca y sea muy duro no poder asistir a los funerales o no poder acompañar a tu familiar que enferme al hospital pero esto es lo que hay.

Hay que tratar de relativizar el miedo al coronavirus y no anticiparse a pesar de que se acerca una época muy dura, en todos los sentidos. Y saldremos de ella, por supuesto, aunque a veces el camino se haga cuesta arriba.

Venga, que entre todos podemos con el coronavirus. No suelo ser fan de Mr. Wonderful pero o ponemos un poco de positivismo, alegría, humor, sentido común o esto acabará bastante mal. Espero que esta situación sirva para aprender de los errores y, ante todo, valorar la sanidad pública por encima de todo y ser solidarios con los que lo necesitan, que parece que hasta que no nos toca a nosotros no entendemos lo de los demás.

¡¡ÁNIMO A TODOS!! #staythefuckhome