Revista En Femenino

Tengo pareja, ¿y ahora qué?

Por Bebloggera @bebloggera
Por la_papio, desde ChileUna de las cosas que odio de las películas, no de todas, es que muchas terminan con un final feliz en que se encuentra el amor, se arman parejas, se establecen relaciones, se vencen los obstáculos que interfieren en el establecimiento del “nosotros”, el príncipe azul por fin puede estar con la dulce princesa. Bueno, no tengo nada en contra de ello pero… ¿qué pasa después? ¿No es la misma relación el verdadero desafío?
TENGO PAREJA, ¿Y AHORA QUÉ?Todo lo anterior muchas veces es sólo una simple vista de todo lo que puede venir a continuación, y muchas veces ésta se idealiza, sobre todo mediante el cine y la literatura, mostrándonos que una vez que ella y él logren estar juntos (ella y ella, él y él,… ustedes me entienden) todo lo que sigue es color de rosa y podrán vivir felices para siempre. Pero ¡NO, SEÑOR! No es así siempre… la vida real es otra, y muchas veces cuando se empieza una relación se cree que todo es primavera, pero de a poco uno se va topando con los verdaderos problemas.
Yo no soy una especialista en parejas ni he sacado un doctorado en relaciones, pero mi pequeña (y creo que suficiente) experiencia me ha demostrado que el día número 1 de pololeo (o de relación, tratando de traducir a quienes no entiendan) no se repite siempre. Las relaciones tienen más desafíos, primero viene el tener que conocer a la familia, asumir que uno también estará vinculado a ella, a los amigos, al pasado de la pareja, al futuro de ella, a sus proyectos, sueños, pasiones, rutinas, personajes, defectos, debilidades, miedos, etc.TENGO PAREJA, ¿Y AHORA QUÉ?Puede que no todas las parejas tengan problemas en cada uno de los ítems que he nombrado, pero seguramente alguno será más cargante que otro, surgirán complejos, roces, incompatibilidades, etc., y todo esto, mientras pasan los días y la relación va cumpliendo días, meses, años. Los obstáculos perderán si el amor es más fuerte, o si ambos pueden conversarlo, solucionarlo, arreglarlo, ceder, etc. No se trata tampoco de creer que el amor verdadero es aquel con el que no tendrás ningún problema, no se trata de arrancar en la primera batalla, sino que de aprender del otro, sacar lo mejor del otro, complementarse entre sí, crecer junto al otro. ¿Quién está dispuesto a cruzar el puente? Le deseo lo mejor, y si bien, se necesita fuerza, la recompensa es el premio máximo de esta vida… poder amar y ser amado.

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