Revista Maternidad

¿Tengo un niño de altas capacidades?

Por Gabriel Benítez @BrazosMi
¿Tengo un niño de altas capacidades?
Hace unos días, estuvimos en el cumpleaños de una amiguita de mi niño. La mayoría de los niños que había allí rondaba la edad de cuatro años, muy superior ésta y con intereses muy diferentes a mi crío, que aún le queda un mes para llegar a los dos años. Como los otros niños estaban jugando en un castillo hinchable y estas cosas les ponen un poco brutos, tuve que estar muy pendiente de él durante el rato que estuvo subiéndose al tobogán, pues podía llevarse algún empujón o caerse encima y lastimarse. Son niños, están jugando y no son conscientes de que pueden hacerse o hacer daño. De hecho, tuve que recoger a una niña que había caído por un lateral del castillo, quedando atrapada en la red y no podía levantarse por los continuos botes que hacían que se desestabilizara y le impedían volver a subir por sí misma. Tampoco le echaban demasiada cuenta a mi crío, cada uno iba a lo suyo, por lo que el polluelo acabó aburriéndose y se fue con los mayores, que sabía que sí iban a hacerle caso.

¿Estamos ante un niño de altas capacidades?


Yo lo observaba en la distancia sin perderlo de vista mientras hablaba con otros padres y él se mostraba tímido en el primer momento. Para algo en lo que se parece a mí, ya podría haber sido otra cosa... Poco después, como los mayores lo incitaban a hablarles y le preguntaban cosas, ya empezó a coger confianza y a soltar su retahíla de todo lo que sabe.
Yo, como padre orgullosísimo de su niño, me acerqué cuando me dijeron que era muy pequeño para estar tan alto y que qué edad tenía. Pues casi dos años, respondí, y, posteriormente, alardeé un poquillo. Le pregunté algunas cosas para que empezara a largar todo lo que guarda en su pozo de sabiduría 😜: vamos a contar del uno al diez, cómo se llama eso, de qué color es, ahora dímelo en inglés, levanta la mano izquierda, cuál es el pie derecho, a qué te gusta jugar… Y también les enseñé una foto de una cara perfectísima para su edad que había dibujado días atrás y que, cuando yo la vi, en un primer momento pensé que lo había dibujado su madre, pero no, había sido él, ya que a mí me reprodujo el mismo dibujo tras pedirle que me lo pintara.
Ya los presentes comenzaron con las tonterías que da la incredulidad ante estos casos: a ver si va a ser superdotado, pues a ti no habrá salido, deberías llevarlo a que estudiaran su caso… Pues no, no será superdotado, pero espabilado es un rato y, como capta todo al vuelo, no paramos de enseñarle más y más. Incluso hay cosas que no le hemos enseñado nosotros y alguna que otra vez nos ha sorprendido diciéndonos algo nuevo y de lo que no conocemos su procedencia ni tenemos constancia, como lo de aprender dónde está la izquierda y donde la derecha, cuando hay adultos que saben cuál es su izquierda porque ahí llevan su reloj 😝😝. En cosas así, le hemos preguntado a sus abuelos y tíos, ya que últimamente está pasando más tiempo con ellos por temas laborales, y ellos tampoco han sido. Imaginamos que lo habrá aprendido de algunos dibujos en los que lo habrá escuchado, porque últimamente también nos suelta algunos trucos de magia y eso sí que sabemos de sobra que lo ha visto en los dibujos. ¡Está hecho un ficha…!
Después, ya en casa, me ha entrado el gusanillo y he empezado a bichear las características de las altas capacidades, por si… pero me quedo pensando que es un niño avispado y nada más hasta que alguien con fundamento me diga lo contrario.
Y lo de las altas capacidades, lo desglosaré en un futuro post, no voy a dejarte con la curiosidad de cuáles son sus características 😉.
Nunca me había fijado en otros niños antes de ser padre, por lo que no sé con seguridad cuál es el desarrollo normal de un niño de dos años. ¿Qué puedes contarme de los tuyos a esa edad?

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