Esta es otra de las preguntas que nos hacen más frecuentemente, bien sean padres primerizos que tienen amigos que las usan o porque tienen otro hijo mayor con el que la usaron. Casi siempre dejan de usarse o bien porque el porteador termina baldado o porque el bebé no quiere que le lleven.
Las mochilas convencionales suelen resultar incómodas porque no respetan ni la fisonomía del portador ni la del bebe. Ten en cuenta que:- En las mochilas el centro de gravedad del bebé está lejos del centro de gravedad del portador, lo que hace que resulte mucho más pesado.
- Las mochilas tienen tiras que se clavan porque son mucho más estrechas que la banda de tela del fular.
- La mochila no permite la variedad de posiciones que permite un fular: delante, cadera y a la espalda, según necesitemos repartir el peso o el bebé quiera mirar alrededor.
- Y lo más importante: en la mochila convencional el niño va colgado de pie, apoyado en sus genitales y soportando su peso sobre la columna vertebral, lo cual está totalmente desaconsejado porque no favorece su desarrollo físico ni la circulación sanguínea. En el fular portabebés, los niños van en la llamada posición de ranita, es decir, sentados con las rodillas más elevadas que las nalgas y respetando la curvatura natural de su espalda. Esta postura favorece la circulación y es recomendada incluso en casos de displasia de cadera. Si aún así te sigue gustando la mochila por la rapidez al ponerla al no tener que anudarla te recomendamos que optes por una ergonómica como la Manduca o Marsupi. Ya explicamos en este blog la diferencia que había entre éstas y las convencionales o no ergonómicas, pero si necesitas información ampliada sobre estas marcas, puedes encontrarla en nuestra tienda online de portabebés.