Si realizáramos un gráfico de la tensión, semejaría un electrograma ascendente, con crestas y valles, donde el punto más bajo estaría en el inicio y el pico en el climax.
Las crestas son acciones; los valles, recursos narrativos de bajo perfil.
La tensión equivale a estirar el cuento como si de una liga se tratara. El clímax debe coincidir con el punto de estiramiento máximo.
[Fuente: Guillermo Samperio, “Cómo se escribe un cuento", 2008. Selección y orden propios]