Revista Cine
Desde que en 2010 Sarah Jessica Parker estrenara Sexo en Nueva York 2, no habíamos vuelto a ver a Carrie, pero en este caso, ha vuelto a las pantalla encarnada Kate Reddy, en una mujer casada madre de dos hijos y con éxito en si trabajo. Durante el día, Kate Reddy se deja la piel en una empresa bostoniana de gestión financiera. Al caer la noche, vuelve a casa con su amantísimo esposo Richard (interpretado por Greg Kinnear), un arquitecto que acaba de perder su trabajo, y con sus dos hijos pequeños. También su mejor amiga y compañera de trabajo, la mordaz Allison (Christina Hendricks), tiene las mismas dificultades para conciliar trabajo y familia. En cambio, Momo (Olivia Munn), la competente subalterna de Kate, trata de evitar a toda costa llegar a una situación como la de su jefa. Al tiempo que Kate recibe un importante encargo que la obliga a realizar frecuentes viajes a Nueva York, Richard consigue el trabajo de sus sueños, circunstancia que deteriora aún más la estabilidad familiar y conyugal. Por si fuera poco, el nuevo y encantador colega de Kate, Jack Abelhammer (Pierce Brosnan), se convierte en una inesperada tentación para ella. Este es el argumento del film Tentación en Manhattan dirigido por Douglas McGrath y basado en la novela de Allison Pearson. La película en si no ofrece nada nuevo, mujer familiar y trabajadora que se ve obligada a hacer malabarismo para poder sentirse realizada como madre y como individuo, trabajando en lo que le apasiona. Pero aunque la película no nos ofrece nada nuevo cierto es que a mí personalmente me ha hecho pensar en una cosa, ¿porque en todo el film, es solo ella, la que se siente culpable y la que pide perdón por intentar hacerlo todo? En un momento de la película, Kate se da cuenta de que se ha perdido el primer corte de pelo de su hijo de dos años, y se siente mal porque como ella misma dice, no habrá otro primer corte de pelo, pero en cambio, Richard, su amante esposos, ni se da cuenta de esto, y ni mucho menos se plantea sentirse mal por perderse ese momento, pues no se puede estar en dos sitios a la vez. La película nos muestra el esfuerzo, sacrificio y sobretodo malestar personal que supone intentar estar en todos los sitios, y hacerlo todo bien, pero solo desde la perspectiva de la mujer. Es decir, en el film, en ningún momento se ve si el padre se siente mal por dejar a los niños solos con la niñera ¿es que a los padres les da igual estar con sus hijos? ¿O le importa menos que a las madres? El film nos presenta unos prototipos muy marcados de los personajes, dando como resultado a una madre hiperactiva que todo lo puede gracias a la planificación, y a un padre que simplemente participa de las cosas, por no olvidar las críticas de la suegra y los comentarios de algunos compañeros de trabajo.Recomiendo este film a todas aquellas personas que les gusten los actores, o el tipo de film lleno de estereotipos y clichés, o a los que simplemente les gusten las comedias insustanciales, que por otro lado son las que más vamos a ver (yo incluida). Así se puede decir que la película Tentación en Manhattan es una buena opción para pasar la tarde, perder el tiempo, distraerse o simplemente para profundizar en cuestiones como ¿porque se sigue dando una imagen de mujer al 100% y de hombre al 50 %? En fin que el film es muy versátil, tanto que no sé si me ha gustado menos como comedia o más como crítica social.Valoración: 2/5