Revista Cultura y Ocio

Teodorico I, gran rey visigodo de Tolosa

Por Joaquintoledo

Su nombre era Flavio Aecio, llamado el último de los romanos. Sabía muy bien que Atila venía desde el este como un gigantesco tsunami que lo arrasaba todo a su paso y obviamente, al avanzar sobre la Galia amenazaba al Reino de Tolosa de Teodorico y a los mismos romanos, por tanto ambos bandos no dudan en hacer un nuevo pacto. Cómo él monarca visigodo diría: “en mi longevo reinado ha florecido el poder de los godos; hemos conseguido cosas inimaginables para otras generaciones. Ahora debemos aliarnos con Roma para enfrentarnos a un oscuro peligro que se abate sobre nosotros…ese maldito Atila”. Esta sería la última gran aventura del monarca de los visigodos…
Juntando todo su ejército y sus mejores tropas en contra de los enemigos del mundo, Teodorico junto con sus hijos Turismundo y otro llamado también como él, se unieron a las tropas de Aecio. Atila, el huno, estaba muy resentido con los romanos, pues había ofrecido casarse con Honoria, hermana de Valentiniano III, pero fue totalmente despreciado. Obviamente tal afrenta para el caudillo fue humillante y se dice que llegó a juntar un ejército enorme que cubría todo un horizonte de punta a punta de alrededor de 500 mil soldados, y no sólo de hunos, sino también iban con él escitas, sármatas, hérulos, gépidos y hasta ostrogodos, hermandados en sangre con los visigodos. Muchas otras tribus germánicas avasalladas o aliadas marchaban con él Obviamente es una cifra exagerada que los romanos legaron a la posteridad para vanagloriarse de su triunfo. Se calcula que el Ejército de Atila debió estar compuesto entre 50 mil efectivos o al menos no más de 60 mil. Mientras tanto Aecio contaba con el gran apoyo de sus propias legiones, los visigodos, alanos, francos y burgundios que en total sumaban unos 250 mil según la tradición, pero por lo general se ha ubicado una cifra más verosímil de 50 mil al menos. La batalla de los Campos Cataláunicos, se llevó a cabo el 20 de junio del año 451, y la victoria perteneció a las fuerzas aliadas de Aecio y Teodorico. Fue un combate descomunal y brutal en todo el sentido de la palabra. Se dice que sobre el campo había hasta 200 mil cuerpos exánimes, si bien como hemos ya aclarado, las cifras son exageradas por las fuentes clásicas.

El peor error del llamado “último de los romanos”, fue no haber perseguido y exterminado a Atila, si bien este murió más tarde y ya nunca más estuvo tan cerca de la gloria. Aecio celebraba de todos modos una victoria, pero no así su fiel camarada y compañero de armas Teodorico I, quién había muerto en el combate. No se precisa exactamente en qué momento fue. Según las fuentes, los ostrogodos y visigodos se colocaron frente a frente en el combate, y Teodorico I fue muerto por el mismo general de los godos del este, llamada Andagis. Tras la caída del rey de su caballo a causa de un dardo, asumió el mando del ejército el príncipe visigodo Turismundo, quién se mantuvo fiel a Aecio y no huyó sino que más bien alentó a sus tropas a luchar con más determinación a causa de la tragedia que había envuelto a su soberano padre. Se dice que después de la batalla, el príncipe pronto coronado como rey, ordenó quemar el cuerpo de su padre como dictaminaban sus costumbres. Realmente había sido un triunfo soberbio y una de las batallas más memorables de la historia de la humanidad, pero los visigodos estaban tremendamente tristes. Teodorico I había sido uno de los mejores reyes desde la época de Alarico, hasta que las fuerzas abandonaron sus miembros, cayendo su cuerpo exánime sobre los campos cataláunicos en el año 451, como un típico héroe de la antigüedad.


Volver a la Portada de Logo Paperblog