Daniel de Pablo Maroto, ocd
Convento de La Santa-Ávila
Acaba de aparecer la noticia de que el profesor emérito de la universidad de Valladolid, Teófanes Egido ha fallecido y el día 18 de julio se celebró el funeral en la iglesia de los Padres carmelitas descalzos de Valladolid. Había cumplido 88 años de edad, pero su muerte ha sido casi repentina.
Ante la noticia de la muerte inesperada, surgen en mi memoria tantos sucesos y circunstancias que hemos compartido juntos como hechos de vida de carmelitas descalzos y que comunico a los lectores conocidos y desconocidos como testimonio de mi afecto al hermano en el Carmelo. Uno a esta memoria de papel los recuerdos y sentimientos que hemos vivido juntos, las mismas experiencias de vida en el Carmelo descalzo no sólo por razones de profesión religiosa, sino y sobre todo, por la comunión de ideales culturales que hemos intentado transmitir a alumnos y lectores.
Al mismo tiempo, aprovecho la ocasión para evidenciar lo que el P. Teófanes ha significado en los estudios sobre Teresa de Jesús, “nuestra Santa Madre”, la orden del Carmen descalzo, los ambientes históricos del siglo XVI y él los del siglo de los ilustrados. En el espacio breve de una hoja volandera, no puedo hacer memoria de una vida larga y tan plena de trabajos y de méritos, pero sí un acercamiento a su persona y sus trabajos como historiador y como teresianista. El caso es que no tuve la oportunidad de un trato personal y prolongado con él porque los destinos han sido diferentes; el tiempo de mayor permanencia fue el del colegio carmelitano de Medina del Campo. Y los más frecuentes, las reuniones por razones de estudio.
1. Intelectual en tiempos propicios en la orden de los carmelitas descalzos.
Hubo un tiempo en la historia de los “descalzos” carmelitas, largo en cronología, que las leyes prohibieron a los frailes obtener títulos universitarios, ser “doctores”, ya desde antiguo contra la opinión de la fundadora Teresa. En el tiempo de nuestros estudios esa normativa había desaparecido y hemos tenido todos lo medios para estudiar, ser profesores universitarios, etc. Los “modernos” carmelitas descalzos hemos gozado no sólo de los medios modernos para la formación en universidades, sino para comunicar lo aprendido en Revistas científicas, en la publicación de libros, en clases universitarias y conferencias, etc. En nuestro tiempo también hemos sido privilegiados por la abundancia de vocaciones en la primera parte del siglo XX que favoreció la preparación doctrinal y la posibilidad de comunicar el mensaje de los fundadores de la orden y todas las ciencias eclesiásticas. El profesor Teófanes, y otros muchos, hemos gozado de los beneficios de los tiempos “modernos”.
2. Los medios para transmitir la cultura aprendida
Uno muy principal han sido las Editoriales de la orden para la publicación de libros; las Revistas científicas, los congresos, la docencia en centros de estudios, universidades, etc. Además, los carmelitas de nuestro tiempo (desde la mitad del siglo XX) hemos tenido la suerte de asistir a un hecho singular: la celebración de varios congresos para conmemorar los centenarios de la fundación de la orden, el nacimiento y muerte de los fundadores santa Teresa y san Juan de la Cruz y otros eventos especiales, que colaboraron a promocionar los estudios teresianos y sanjuanistas con la presencia especial de los carmelitas descalzos bien formados.
Referido a santa Teresa, recuerdo de manera especial en el IV centenario de su muerte el importante congreso internacional que se celebró en Salamanca del 4 al 7 de octubre de 1982 al que asistimos como ponentes, entre otros de la orden, el profesor Teófanes y un servidor. Los dos volúmenes que se publicaron con las ponencias quedan como testigos de una respuesta sapientísima a la demanda de estudios científicos sobre la Santa abulense. Fue patrocinado por las dos universidades de la ciudad, la civil y la pontificia, con la colaboración del Ministerio de Cultura. Estuvo dividido en 3 secciones: la teológica, la literaria y la histórica, dirigida esta última por el Dr. Teófanes Egido, la teológica por Don Olegario González de Cardenal, y la literaria por Don Víctor García de la Concha. No me atrevo a decir, pero sí a pensar, que ha sido la mayor concentración de sabios explicando temas sobre la figura central: Teresa de Jesús. Ese evento lo considero uno de los momentos más significativos proyectando luz sobre Teresa. Recuerdo como anécdota jocosa una salida del Dr. Teófanes. En la sección de historia, la de menor presencias, me susurró al oído: “Y pensar que las otras dos secciones estarán superpobladas…, pero somos los mejores”.
3. Escritor de temas teresianos
Es en este campo donde el profesor Teófanes Egido ha manifestado su talento de historiador y lo que permanecerá en el tiempo porque lo que hablamos en público, lo que enseñamos en las clases, la mayor parte se lo lleva el viento. Lo que queda es lo escrito en libros y revistas científicas. No es éste el lugar más propicio para hablar de las “publicaciones” de “Don Teo”, como decían sus alumnos, pero sí para sugerir que han sido muchas, algunos libros, muchos artículos, además de las conferencias. Para mí, una contribución a la ciencia y al conocimiento de la familia de santa Teresa fue la publicación del “Pleito de hidalguía”, una maniobra de tres tíos y el padre de la Santa para conseguir el título de “hidalgos” en un montaje amañado que consiguió su objetivo: la condición social que llevaba anejos algunos “privilegios”.
Se celebró el proceso en Hortigosa de Ríoalmar, cerca de Ávila, y duró desde el 1519 hasta el 1523. No obstante las confesiones de los testigos contrarios a su causa revelando su condición de “judeoconversos”, su abogado defensor concluyó que eran “hidalgos”, contra la impugnación del fiscal, y así pasaron a la historia. El juicio en favor de los litigantes concluyó con la concesión de una Carta ejecutoria de hidalguía; una copia pidió a su hermana Teresa Lorenzo desde América. El profesor Egido ha publicado completo este valioso documento: El linaje judeoconverso de Santa Teresa, Madrid, Editorial de Espiritualidad, 1986. Ha sido una de las más importantes aportaciones al teresianismo científico de nuestro tiempo.
Termino con otra aportación al teresianismo del Dr. Egido, entre otras muchas que no caben en una breve reseña, que fue la publicación del Epistolario en la edición de las Obras completas de la Santa en la Editorial de Espiritualidad de Madrid, 1982, con ediciones posteriores. Con la colaboración de Juan Luis Rodríguez. Con posterioridad, publicó la misma Editorial una obra complementaria, Introducción a la lectura de Santa Teresa, 2ª edición, Madrid, 2002 con estudios pertinentes de los editores de cada uno de los libros de la Santa.
Lo dicho y escrito es una parte mínima de la actividad científica del Dr. Egido, pero en una hoja volandera como esta no caben más noticias. Espero que, con el tiempo, la Universidad de Valladolid ensalzará con aportaciones científicas la figura del Dr. Teófanes Egido. Yo cumplo con este breve homenaje al gran hombre y eminente profesor.