Hoy me he encontrado a una compañera de la Facultad. Diecisiete años ( ya?) sin verla y nos hemos tropezado por casualidad, en plena Plaça del Pi de Barcelona. Nos ha dado tiempo de tomar un café y ponernos al día : de aquellos años de estudiantes a los de ahora, ya adultas casi añejas… Me habla de la profesión ( en eso ha triunfado) y de su vida ( me dice que en eso, la cosa ha ido peor). Lo que destaca de su discurso es el amargo trance de su separación matrimonial, aliviado por la existencia de una niña de once años maravillosa. Es una de esas situaciones , tristemente tan comunes, de las que todos conocemos en nuestro entorno ( o nos afecta en propias carnes o a las carnes más cercanas) y sabemos, que cada una es diferente y particular. A veces, ocurren cosas terribles que ponen fin a una relación pero, otras, simplemente se produce un desgaste o incompatibilidad natural que lleva a la separación. Hablamos de este tipo de rupturas, las más suaves ( si alguna se puede considerar así) y que ella me ha explicado más o menos así .
Teoría de las Vasijas.
1) En la Alfarería.
Te enamoras y te unes a otra persona.Crees conocerla lo suficiente o, por lo menos, lo necesario para iniciar un proyecto en común. En esta fase, es cómo si hubiésemos ido a una alfarería y hubiésemos encontrado una vasija complementaria a la nuestra. Los ángulos, bordes, aristas, asas y curvas encajan perfectamente las con las otras.
2) Modelando la arcilla.
El tiempo pasa y va actuando en la forma de la vasija. El viento, el aire y la lluvia la van moldeando , de nuevo. En la vida, nos pasan cosas como la muerte de un ser querido, la situación laboral , la insatisfacción, la falta de objetivos comunes, etc, etc, que van haciendo que nuestra vasija adquiera una morfología distinta.
A partir de este momento, pueden ocurrir dos cosas :
a) que las formas sigan encajando ( aunque en algún momento haya que limar, pulir o recortar) .
b) que se configuren formas que no encajan entre sí. En este segundo caso, es cuando tenemos la sensación de que estamos con una persona desconocida. No reconocemos aquella vasija como aquella que encontramos en la alfarería. No hay una razón para que no encaje lo que debería encajar : los elementos han moldeado formas de vidas incompatibles . Antes lo eran y, ahora, no. Hay que desunirlas.
3) Vasijas de mil formas y colores.
Cuando pasa el dolor de este desencaje , cada uno con su tempo y su umbral y diferente en cada individuo, volvemos a ser conscientes de la forma de nuestra vasija y nos incorporamos de nuevo a la vida… Y es posible que en el camino, volvamos a entrar en una alfarería y encontremos otra vasija complementaria que se adapte a la nuestra… O no…
Las vidas se recomponen. Como el barro, se moldean y vuelven a resurgir. Es posible que con un asa menos o una fisura en uno de los costados pero … de nuevo en la alfarería.
Este es un caso con final feliz. La niña no ha vivido un proceso angustioso. Las vasijas han intentado no chocar y asumir que las formas ya no eran compatibles y han tenido mucho cuidado en no alterar el delicado modelado infantil.
“Por repetición”, me ha dicho ella. Igual que los niños ven las misma película de dibujos animados de forma repetitiva para “aprender” el argumento (por repetición) y disfrutar anticipando las escenas aprendidas, la convivencia con padres separados debe ser equilibrada “por repetición”. O sea, siempre. Cada una de las veces . Cada unos de los días. No hay que fallar ni en una sola de las ocasiones.
Me ha gustado saber que ha encontrado una preciosa pieza de terracota oscura, que parece hecha por encargo, para ella. Para su vasija.
Hemos acabado el café y nos hemos despedido. Antes de irme le he pedido que me regalara esta “teoría” que , ahora, publico en mi blog. La he querido compartir porque me ha parecido optimista y con un leve toque de esperanza para aquellas piezas rotas que nos hacen creer que no hay forma de arreglar la vasija.
Con el tiempo, se arregla.