Un cuerpo opaco, es decir no transparente absorbe gran parte de la luz que lo ilumina y refleja una parte más o menos pequeña. Cuando este cuerto absorve todos los colores contenidos en la luz blanca, el objeto parece negro.
Cuando refleja todos los colores del espectro, el objeto parece blanco. Los colores absorbidos desaparecen en el interior del objeto, los reflejados llengan al ojo humano. Los colores que visualizamos son, por tanto, aquellos que los propios objetos no absorben, sinó que los propagan.
(Fuente: www.fotonostra.com)
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