Teoría del regalo y el souvenir

Mi profesión me tiene mucho de viaje por ahí, a veces a lugares exóticos muy alejados de casa. Es precioso e inevitable pensar en los tuyos y en llevarles un detalle que indique precisamente eso, que estuviste pensando en ellos.

En momentos así me siento torpe y lo que desearía es que la persona en la que pienso estuviese allí para escoger por sí misma lo que más le guste; ¡pago yo!Creo que no está bien. Eso sería lo cómodo. Mucho más atrevido y mucho más valioso, a riesgo de no acertar, es «pensar para» la otra persona y mezclarlo, si fuera necesario, con el «pensar por» la otra persona. Quiere decirse: qué me gusta para ella y qué es lo que le gusta a ella. Sabes qué, podemos practicar y equivocarnos mucho al principio. Encontrarnos a la vuelta con la cara de cómo se te ha ocurrido comprar esto.No es lo mismo tampoco un regalo que un souvenir, pero se parecen.Que esa es otra, ¿puede un regalo no gustarte?, error, los regalos se agradecen todos, aunque no te gusten. Ya veremos luego dónde lo ponemos o qué hacemos con él, pero da las gracias. Mucho peor sería que no te trajesen nada. Pero procura, por tu parte, que no se note demasiado que lo compraste a última hora o sin pensar.

¿Cómo mejorar en esto? Observando y preguntando, conociendo a la persona en cuestión. A veces un regalo equivocado termina provocando el efecto contrario del que se pretendía, la evidencia de que no tienes ni idea de quién es el otro.Cuidado.