Revista Opinión

Teoría del regreso

Publicado el 25 abril 2013 por Fragmentario

Los cromerios, ese pueblo que alguna vez dominó el norte de África, que nunca existió y cuya historia me acabo de inventar, tenían la costumbre de cortarse mechones de pelo y arrojarlos ritualmente al fuego cuando regresaban a salvo de una excursión de caza. La desprolijidad del cabello de un hombre, en esa cultura, indicaba que era un cazador activo. En la última etapa del imperio los guerreros adoptaron la misma tradición al volver de la batalla.
Los historiadores suponen hoy que se trataba de una ofrenda a los dioses. Yo siempre creí, contra ellos, que esos hombres decididos y sencillos arrojaban una parte de ellos mismos al fuego para recordarse que, cuando uno regresa, siempre regresa distinto.


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