La cantidad de personas que tienen un gato en casa y sufre ataques cardíacos es mucho menor que la que vive sin ronroneos. Parece que la combinación ronronear y acariciar van de la mano para tranquilizar a una persona.
Otro de los beneficios que demuestran estos estudios es que los niños que se crían con animales no solo van a respetarlos más en un futuro, sino que desarrollan una mayor resistencia a enfermedades, sobre todo las respiratorias. Para los niños con enfermedades como el autismo, un gato es el mejor apoyo. Muchos son los que aprenden a comunicarse con la ayuda de estos felinos ya que este animal está ahí para darle cariño sin molestar. No es una mascota que necesite atención constante y quizá por eso sea capaz de calmar a un niño.
Asimismo, en las residencias de ancianos dónde aceptan gatos, estos reconfortan a los residentes. Tener un gato trae felicidad y compañía. Inclusive pacientes con alzheimer en estado avanzado, cuando ya no reconocen ni a sus seres más queridos, reaccionan con amor cuando son visitados por los gatos terapeutas. Además, ha habido casos de personas con problemas de comportamiento a las que sólo les tranquilizaba la presencia de un gato, y sí, también les ayudaba a conciliar el sueño.
¿Os gustan los gatos? o ¿preferís otras mascotas? La de la foto es mi gata, Maya.