Revista Cine
El Tercer Festival de Cine en Derechos Humanos terminó ayer con la premiación del convencional pero honesto filme documental Voces del Subterráneo (2010), de Boris Goldenblank. Cuando vi esta cinta en Guadalajara 2010, escribí lo siguiente:
(La película está centrada en)... los 65 mineros muertos en Pasta de Conchos, en febrero de 2006. Lo malo es que la película no trasciende más allá de lo que, por desgracia, sabemos: que la compañía Minera México no invirtió en seguridad para sus trabajadores -sale más barato pagar multas y si alguien se muere se le entierra y ya-, que el gobierno de Fox fue cómplice al hacerse pendejo en el mejor/peor estilo de su "¿Y yo por qué?" y que la pérdida de esos 65 hombres dejó una huella imborrable en las madres, esposas, padres, hermanos, que aún hoy luchan por conseguir los cuerpos de sus familiares para darles cristiana sepultura.
El momento cumbre del filme llega al final, cuando una llorosa mamá le dice al retrato de su hijo: "Ya no te voy a llorar en un rincón". Y ustedes saben de lo que es capaz una mujer mexicana -y madre por añadidura- cuando se decide hacer algo.
Voces del Subterráneo está programada en el festival de cine Distrital y será exhibida el próximo domingo en Lumiere Reforma a las 21 horas.