Revista Diario

Tercer hijo: mis compras imprescindibles

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient

Con el paso de los años he abrazado el minimalismo. ¿No te ha pasado a ti también con la llegada de los niños a tu vida?

Con este tercer bebé me he limitado a unas pocas compras imprescindibles. Y ya.

Los tiempos en los que compraba a lo loco

Recuerdo la época en la que empecé a vivir con mi marido, que coincidió con mis primeros sueldecillos… me dio por coleccionar zapatos y bolsos. No quería tener unos zapatos preciosos, no me importaba que me hicieran daño, tampoco reparaba en si me durarían más allá de dos puestas, sólo quería tener unos zapatos para combinar con cada modelito. Lo mismo con los bolsos, ¡pero si me cambiaba de bolso dos o tres veces al día incluso!

Una década después estoy en el punto contrario: no quiero tener muchas cosas, me basta con tener una que me guste mucho, a la que pueda sacar partido durante años y en la que no me duela su precio porque sé que lo vale. He pasado de tener muchas cositas a tener muy muy pocas pero que me gustan mucho más. Supongo que con el paso de los años (y los hijos, que eso te hace aprender mucho) descubrí, entre otras cosas, esto de que lo barato sale caro.

Las compras de puericultura con mis tres hijos 

Con el primer hijo compré de todo. ¡¿Cómo puede meter tantas cosas en un espacio tan reducido?!

Y compré un poco al tun tun, dejándome llevar por los impulsos, porque no sólo compré caprichos simplemente porque me parecían monos, sino que compré artículos de puericultura que necesitaba (o creía necesitar) sin informarme bien. ¿Y qué pasó? Pues lo que tenía que pasar: muchas cosas no las usé y otras que sí me hacían falta descubrí que había hecho pésimas elecciones, de las que me arrepentí un montón.

Con el segundo tenía las cosas clarísimas. La experiencia del primero me sirvió para conocer el mundo de la puericultura y darme cuenta de que no necesitaba casi nada de lo que había comprado y, en cambio, sí que necesitaba un par de cosas realmente buenas, como un carro de bebé en condiciones y no el mamotreto inamovible de carrito que tuvimos con Mayor.

Otra cosa buena que tuvo el Peque es que al llegar poco más de dos años después de su hermano, tenía prácticamente de todo lo necesario. Fueron muy poquitas cosas las que tuve que comprar y además tenía claras las elecciones. Fue un visto y no visto.

En este caso, para el tercero lo he tenido más complicado porque:

  • Todo lo que tenía de los niños lo doné, lo vendí o lo tiré a la basura. Es decir, tenía que empezar de cero.
  • Han pasado seis años desde el nacimiento del Pequeño, es decir, la oferta de puericultura que nos encontramos en 2018 no es la que había en 2012 ni por asomo… y no digamos ya en 2009, que fue cuando yo me estrené.

Cómo elegir productos de puericultura en 2018

Sin ser una experta en este tema, ni mucho menos, sí tengo la impresión de que ahora hay muchísima más oferta. No sólo de productos novedosos, algunos realmente geniales, sino también de marcas. Vale que yo en 2009 era muy inexperta. No sabía lo que quería, no tenía referencias en mi entorno y mi visión de las compras no era la de ahora. Pero juraría que había mucho menos donde elegir.

¿Es mejor tener mucho o poco donde elegir? Pues depende de cómo te pille.

Como sabéis, este tercer embarazo ha sido… peculiar. Entre el reposo y el estupor que me ha sobrepasado durante meses, en ocasiones me he sentido abrumada por tanta oferta de cacharritos varios. No es que me haya visto invadida por un espíritu comprador, más bien al contrario, entre mi marcada tendencia minimalista actual, la cantidad de elecciones a hacer y mi bajo estado de ánimo.

Así que me he limitado a compras imprescindibles. Es decir, aquellas cosas que tengo muy claro que necesito.

He suprimido todo lo superfluo porque:

  • Normalmente los trastos para bebés ocupan mucho espacio y nosotros ya casi no cabemos aquí.
  • Es tirar el dinero ya que apenas lo voy a usar.
  • Gastar por gastar… no lo soporto.
  • Prefiero invertir en pocas cosas buenas que en muchas baratas pero muy malas.
  • Si necesito comprarlo más adelante, ya lo haré. Pocas cosas son verdaderamente urgentes.

Así que si alguien me preguntara ahora mismo por un consejo para elegir con criterio, yo le diría que se centre en lo básico y elija tras haberse informado bien, no tanto pensando en el precio sino en la verdadera utilidad. Pienso que es mejor tener tres cosas muy buenas, como un buen portabebés, un carro muy manejable y una cuna práctica y segura, que tener veinte mil cacharros por casa ocupando espacio y que no sirvan para nada.

Mi segundo consejo sería que antes de que nazca el bebé se limiten a lo que realmente necesitan inmediatamente y dejen todo lo demás para más adelante, cuando realmente conozcan cuáles son sus necesidades. Es muy complicado saber qué necesita un niño antes de que nazca porque cada niño es un mundo y las necesidades familiares van cambiando.

 

Cosas que no he comprado para mi tercer bebé

  • Lo primero que no he comprado es un cambiador. La razón fundamental es que en esta casa estamos ya a tope y los cambiadores abultan muchísimo. ¿Son prácticos? Quizá al principio sí, pero mi experiencia es que al final terminas cambiando al bebé en cualquier sitio. En nuestro caso, no compensa gastar en un cambiador porque al final no lo usamos lo suficiente y en cambio quita un montón de espacio que para nada nos sobra. Cambiaremos al bebé donde nos pille, poniendo debajo un empapador desechable, que en su día eran caros y difíciles de encontrar pero ahora los tenemos en cualquier parte. ¡Ah! y con el organizador de Skip Hop voy a tener todo a mano y poder llevármelo de habitación en habitación.
  • Tampoco he comprado sacaleches. Siento muchísimo haberme desprendido de mi Medela Swing Maxi porque era verdaderamente genial, pero espero no echarlo en falta. Cuando das el pecho a demanda no suele haber necesidad real de tener un sacaleches. Si más adelante veo que lo necesito, pues ya lo compraré. Comprarlo para no usarlo me parece tontería.
  • No he comprado chupetes. Mis hijos no han usado chupete. Ni ellos ni yo pusimos mucho entusiasmo, así que me parece tontería comprar diez modelos distintos para luego que no le gusten… y yo tampoco estoy por la labor de ofrecérselo. Creo que con una lactancia a demanda no son necesarios. Pero digo lo mismo que con el sacaleches, si más adelante veo que no nos vendría mal, pues ya probaré.
  • Obviamente tampoco he comprado biberones. Espero no tener que usarlos y haré todo lo posible para que así sea. Si después tuviera que comprar alguno, pues ya habría tiempo.
  • Prácticamente no he comprado nada de ropa. Tengo apenas unos pocos pijamas, unos bodies, unas polainas y poco más. ¿Por qué?:
    • En primer lugar porque nace en una época del año muy complicada en lo meteorológico. En Madrid en primavera puedes encontrarte desde un calor sofocante de pleno verano, como el año pasado, a un frío invernal que te obligue a poner la calefacción a todo trapo. Comprar ropa para todo esa amplitud térmica me parece un desembolso absurdo porque está claro que hay prendas que se quedarían sin poner. De hecho, a la vista del mal tiempo con el que llevamos tantos meses compré un abriguito y ahora, viendo la previsión meteorológica estoy viendo que se va a quedar sin estrenar.
    • En segundo lugar, porque llevando dos meses con la amenaza de que nazca en cualquier momento, ¿qué talla compro? Sí, más o menos sé cómo han sido mis hijos: pequeños. Pero si no sé cuándo va a nacer, ¿cómo puedo saber qué talla comprar? Así que he elegido muy poquitas prendas, muy muy básicas, y cuando nazca y ya vea tanto el tamaño que tiene como el tiempo que hace, compraré lo que necesite. Afortunadamente comprar por Internet es cuestión de dos clics.

Mis compras imprescindibles

No me enrolló más y os cuento cuáles han sido mis tres compras imprescindibles:

1.- Cuna y colchón

Seguramente la compra más básica de todas, ya que en algún lugar tiene que dormir el bebé, y yo prefiero que tenga su superficie independiente a la nuestra, sobre todo al principio.

En un principio pensé en una cuna con algún dibujo a color. Pero luego conocí este modelo y me pareció muy bonito, pensé que su diseño me cansaría menos a la larga y, además, nos combina muy bien con el dormitorio, que lo tenemos todo en blanco, en plan nórdico.

Cuna Micuna

Cuna Micuna

Creo que he comprado un muy buen colchón, que al fin y al cabo espero que lo use al menos 2-3 años.

Aunque ahora la veáis separada, mi idea es terminar uniéndola con nuestra cama, como hicimos con el Peque. Ya tengo el kit necesario para ello.

La cuna va a llevar solamente sábanas bajeras. En cuanto, pueda usaremos sacos para taparla durante la noche.

Esta vez no voy a usar chichonera. Creo que son un nido de polvo, no siento que sean necesarias y estéticamente me gusta más la cuna sin ellas. Además últimamente he leído recomendaciones de no usarla así que una cosa menos.

2.- Mochila Tula Free-To-Grow

Mochila Tula Free-to-Grow

De las cosas que me hace más ilusión estrenar.

Y es que volver a portear a un bebé me parece de lo más maravilloso que está por venir.

Sí, confieso que tengo muchos portabebés, pero esta mochila Tula Free-To-Grow salió al mercado cuando yo ya no tenía bebés en casa y sabéis cómo me gusta Tula. Así que os podéis imaginar las ganas que tengo de disfrutarla.

La Tula Free-To-Grow es el primer modelo evolutivo de la marca. Esto significa que la mochila se puede usar desde bien pequeñitos porque su panel se ajusta en ancho y en alto. En la foto podéis ver como se ajusta la base, mediante snaps.

Mochila Tula Free-to-Grow ajuste del ancho del panel

Tengo unas ganas locas de estrenarla, ¿lo he dicho ya?

😉

Por supuesto, os iré contando muchos más detalles sobre ella ¡y me vais a ver mucho con ella en Instagram!

3.- Silla del coche

Un súper imprescindible desde mi punto de vista.

Tras una mañana entera en TodoNeneS (me reitero en mi recomendación) para ver cómo encajar tres sillas en la parte posterior de nuestro coche, nuestra elección ha sido una Klippan Kiss 2 Plus.

Se trata de una silla de automóvil válida desde el nacimiento hasta los 18 kilos, a contramarcha, por supuesto. En nuestro caso 18 kilos pueden ser fácilmente 5 años de uso.

Klippan Kiss 2 Plus

Estoy muy contenta con la elección.

Ya sabéis que el Peque lleva años en su Klippan Triofix Recline y que me parece una silla estupenda. Esta tiene pinta de ser igual de buena o mejor incluso.

Me encanta el acolchado que lleva, que ellos llaman memory foam y que la recubre por completo. Ese recubrimiento de viscoelástica se une al poliestireno que ya llevaba el modelo anterior de esta silla, añadiendo aún más protección y comodidad. Además la funda del asiento tiene un tacto súper suave. ¡Y el color que hemos elegido del reductor me encanta!

Otra cosa que destaca en la Klippan Kiss 2 Plus es el sistema de reclinado, que admite tres posiciones y permite que el recién nacido no vaya con la cabeza tan mal como suelen ir en la mayoría de las sillas. Comparando en la tienda con otros muchos modelos, la diferencia en la posición de un bebé pequeño es abismal. Sufrí mucho con esas cabecitas caídas que llevaron mis hijos en otras sillas y es algo que me importaba mucho, que esto de que un bebé pueda acabar con la barbilla tocando su pecho no es ninguna tontería.

¿Cuáles serían vuestras compras imprescindibles para el bebé? ¿Habéis notado que con cada hijo compráis menos y mejor?

Foto | Parents

 

El post Tercer hijo: mis compras imprescindibles aparece primero en Mamá (contra) corriente.


Volver a la Portada de Logo Paperblog