Revista Diario

Tercer hijo: ¿para qué sirve la experiencia?

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient

Cuando nos quedamos embarazados por tercera vez, los poquitos que conocemos que andan por ese numero nos advirtieron de que era difícil. Para nosotros, pasar a tener más niños que adultos en la casa sonaba como un reto, desde luego. ¿Ha sido así realmente?

Seis meses después de la llegada de la Niña, quería explicar cómo ha sido nuestra experiencia en estos primeros meses teniendo tres hijos y convertirnos en familia numerosa.

Los antecedentes: el punto desde lo enfocamos todo

Tras más de nueve años como madre, tengo claro que la maternidad se compone en gran medida de las experiencias que hemos ido teniendo y de cómo hemos dejado que éstas nos calen.

Nosotros estamos curtidos. No han sido niños fáciles. No SON niños fáciles. No son tranquilos, no son pacientes, son de obediencia lenta, comen poco y mal y tienen un ansia por aprender que les lleva a hablar cada minuto que están despiertos (lo que puede ser, fácilmente, desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche).

Pero, sobre todo, el paso de uno a dos fue bestial para nosotros porque el Mediano fue (y ES) un niño de alta demanda. Y eso es durísimo. He escrito mucho sobre ello en el blog y más que debería seguir escribiendo porque, sí, pasó de bebé a niño, pero de alta demanda igualmente, y el día a día con él es tan maravilloso como extenuante.

Cuando empezamos a ver un poco la luz a través del túnel fue alrededor de los 5 años del Mediano, momento en el que empezó a dormir de un tirón y se consolidó la relación entre los hermanos. ¡Pero al poco me quedé embarazada!

Nuestros antecedentes son:

  • Dificultad para quedarme embarazada y embarazos complicados, de esos que dejan huella.
  • Bebés / niños dificilillos.
  • Un durísimo paso de uno a dos hijos, con un bebé de alta demanda y un hermano mayor que se lo tomó FATAL.

Con estos antecedentes lo bueno es que cualquier cosa que venga detrás me parece coser y cantar.

Fue TAN difícil el adaptarnos a ser cuatro, fueron TAN agotadores los primeros cinco años del Mediano que… ¿cómo podría ahora devenir algo aún más intenso?

Las circunstancias: la gran base del día a día

Creo que con nuestro background teníamos mucho ganado porque hemos pasado por muchas circunstancias muy intensas y estábamos hechos a la supervivencia extrema.

Pero sin duda creo que las circunstancias influyen muchísimo en cómo vivas la llegada de un nuevo hijo.

¿Cómo es el bebé?

No es lo mismo tener un bebé de alta demanda que tener un bebé normal. Ojo, que no digo ya un bebé tranquilo, que yo de esos no se fabricarlos.

Pero, claro, es que a mí ahora cuando me preguntan lo típico de si la niña es buena o mala… y me entra la risa floja.

Vamos a ver, que después de haber experimentado lo que es un bebé AD como el Mediano, todo el día porteado de la mañana a la noche, todo el día en la teta, siempre en brazos, imposible ducharse, ni comer, ni hacer absolutamente nada que no sea atenderle… pues es que después de eso cualquier cosa me parece estupenda.

¿La Niña es un bebé fácil? Pues no. Es protestona. Pero como tengo tan vivo el recuerdo de su hermano, soy capaz de atenderla casi sin inmutarme.

Y ella no tiene que ver con él. Ella NO es alta demanda. Por supuesto que la porteo mucho y que lo necesita, pero también puedo salir a pasear con el carro y se está dos horas mirándolo todo tan tranquila. Puedo dejarla un poquito en su hamaca, un ratito en su manta de juegos, puedo ducharme, puedo comer y aunque se despierta varias veces por la noche, no ha habido nunca los récords de su hermano ni de lejos.

Estoy segura de que si mi Niña le hubiera tocado a una familia primeriza les parecería demandante. Porque lo es. No es como el Mayor que se entretenía con cualquier cosita. No, ella quiere ver gente, quiere que la cojan, que la hablen y que la estimulen. Quiere estar en todas las fiestas y, de hecho, es mucho más fácil estar con ella los fines de semana que de diario porque con el alboroto de sus hermanos se lo pasa pipa y eso me permite a mi despegarme un poco y aprovechar para hacer otras cosas.

¿Tienes ayuda?

Es bastante obvio que un postparto se lleva mejor cuando tienes ayuda. Familiar o pagada o de las dos.

En nuestro caso viene una chica una vez al mes, cuatro horitas. Me gustaría que fuera más pero no puede ser. Al menos en ese ratito le da una buena vuelta a la casa y luego el resto del mes lo vamos manteniendo nosotros como podemos.

Descanso no tenemos porque no se dan las circunstancias. Y eso influye un montón en el estado físico y mental. Porque estar inmerso todos los días de tu vida en la crianza, 24/7, a veces es… sientes que la cabeza te va a estallar. A mi a veces me entra incluso un poco de angustia porque mi cuerpo me pide a gritos un alto y no puedo hacerlo porque no tengo a nadie que me releve. Eso es complicado.

La organización diaria con 3 hijos de diferentes edades es un caos. Cada uno de los mayores tiene actividades distintas. Hemos intentado que sean las menos, pero las tienen. El lío de horarios, citas médicas, excursiones, extraescolares, cumpleaños y demás es tremendo. A veces no me entero y me equivoco, qué le vamos a hacer.

La Niña va loca porque tiene que seguirles los horarios. Y cuando un bebé va mal de horarios, se queja, llora… en fin, sería más fácil con ayuda. Porque la mayor parte del día estoy sola atendiendo tres niños y aunque fuera María Montessori, me faltan manos, me falta paciencia y me falta energía.

¿Qué edades tienen tus hijos mayores?

Aunque a menudo pienso que es una locura la diferencia de edad que se llevan mis mayores con su hermana (8 años y medio y 6 años), lo cierto es que a día de hoy es una ventaja.

¿Por qué? Por dos motivos:

  1. Porque son lo suficientemente mayores como para no tener que estar encima de ellos las 24 horas. Eso no significa que pueda desatenderles porque mis hijos son muy demandantes (y porque tampoco me parecería justo) pero sí que me permite, por ejemplo, tumbarme con ella en mi casa a darle la teta mientras ellos están solos en el salón. No tengo miedo de que la líen parda porque con sus 9 años y 6 años y medio respectivos tienen la cabeza bastante bien amueblada y puedo confiar en ellos.
  2. Porque, con su edad, les puedo pedir ayuda para muchas cosas. Por ejemplo, para que me traigan pañales, toallitas, una toalla de baño, qué se yo, cualquier cosa que necesite. También les pido muy a menudo que se queden con ella si tengo que ir al baño o que la echen un ojo si estoy haciendo la comida mientras voy y vengo de la cocina. No es como tener a dos adultos en casa pero es una ayuda.

En resumen. No es lo mismo si tu tercer hijo es un bebé estándar o es de alta demanda. No es lo mismo si tus hijos mayores son muy pequeños o si son algo mayorcitos. Y desde luego todo es mucho más fácil si tienes ayuda familiar y/o pagada a diario, que es lo que pienso que necesitaría una familia numerosa.

La experiencia ¿para qué sirve con el tercer hijo?

Hace unos días coincidí con una mamá que acaba de tercer a su tercer hijo hace poco más de un mes.

Y nos reímos un buen rato porque las dos coincidimos en que:

  • Este momento que estamos viviendo es súper complicado y que además la mayoría de la gente no suele entenderlo porque hay muy pocas familias que pasen de los dos hijos.
  • Pero que estamos mejor que nunca porque la experiencia se nota muchísimo.

Lo bueno de la experiencia previa es que sabes que todo esto va a pasar. ¿Y eso no lo sabías con el segundo? Pues yo en mi caso no lo supe ver, porque estaba tan agotada con el pequeño, y el mayor era aún casi un bebé y se lo tomó tan mal… yo no podía salir de allí y los primeros cinco años cayeron sobre mi como una losa.

Ahora lo relativizo todo muchísimo. ¿Que no he dormido bien? Bueno, pues ya dormiré. He pasado muchos años con una privación de sueño espantosa, si no sucumbí entonces no voy a caer ahora. ¿Que llora? A la teta y/o a la mochila. ¿Que llora mucho en el coche (esto merece un post)? Pues limitamos su uso y ya saldremos más más adelante. ¿Que la casa está hecha un caos? Bueno, pues algún día se irá al cole y ya recogeré entonces. ¿Que necesito comer caliente y no me da la vida? Pues tiramos de Wetaca o de algún precocinado y listo. ¿Que he perdido muchísimo pelo y ahora se me transparenta lo que me está creciendo nuevo por la frente? Bueno, pues ya se igualará con el paso de los meses.

Estoy cero preocupada por las dificultades del día a día porque sé que tienen fecha de caducidad.

De hecho, lo que más me preocupa y entristece es que esté pasando todo tan rápido y este milagro tenga ya 6 meses.

¿Sirve para todo la experiencia cuando tienes un tercer hijo?

En mi caso, no.

La experiencia me sirve para:

  • Reconocer todas las emociones que me están asaltan durante el día
  • Saber que tengo derecho a sentirme mal durante un rato
  • Pero que debo recordar que todo es temporal.

Pero no me sirve para todo.

Creo firmemente que siempre sé es primeriza.

Os lo conté el otro día cuando hablaba de la laringomalacia. Cada bebé es único y los retos que nos plantea, también. Reconozco que sigo bastante sugestionada por la amenaza de parto prematuro y por el hecho de que naciera en las últimas horas de la 36 + 6. Unido a que lógicamente es la más pequeñita de todos los bebés que he tenido, a menudo tengo miedo de ella. Es una sensación muy primaria, muy muy básica, en la que siento que su supervivencia depende de mi. Y me produce cierto agobio, sí, porque llegar a tener miedo cuando llora es algo que desequilibra mucho. Pero respiro hondo y se me pasa porque sé reconocer esa sensación de angustia y desconcierto. ¡Bendita experiencia, sin duda!

En definitiva, en mi caso puedo decir que estos primeros seis meses de maternidad los he vivido de una forma relajada tanto en lo emocional como en lo físico. Y que ha sido así gracias a la experiencia previa.

Además, soy muy realista. Tengo claro que esto no ha hecho nada más que empezar, ya que las dificultades van creciendo conforme los niños suman años. Se que aún es pronto para notar toda la dureza de tener más hijos que manos. Pero creo que estoy más preparada para afrontarlo precisamente porque ya se cómo va a ser.

¿Eres familia numerosa? Si es así, ¡cuéntame! Al tener tu tercer hijo: ¿para qué te ha servido la experiencia?

La entrada Tercer hijo: ¿para qué sirve la experiencia? se publicó primero en Mamá (contra) corriente.


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