Revista Opinión
Tercera guerra mundial, xenofobia y fascismo, las señas de identidad de la derecha
Publicado el 25 julio 2011 por RomanasComo decíamos ayer, se anuncia la llegada de un mesías redentor en forma de caudillo que salve a los pueblos de los perniciosos efectos de la política.La política, los políticos son algo esencialmente nefasto que está llevando al pueblo, a los pueblos, a la ruina, al más auténtico de los desastres con sus eternos juegos sucios, con sus luchas intestinas para hacerse con el poder, pero, sobre todo, por su concepción del Estado como una finca particular que quieren poner a su propio y egoísta servicio, es precisa la llegada de alguien absolutamente desinteresado que esté dispuesto a darlo todo, incluso su vida, para salvar al pueblo, o sea, a la humanidad.
¿No les suena la música? Sugiere algo así como la llegada de una especie de monje-soldado, de una mezcla de líder religioso y de valiente y decidido capitán que esté dispuesto a darlo todo, incluso su propia vida, en aras de la salvación de la patria o de las patrias, si es necesario.
No sé si se dan cuenta de que estoy describiendo a ese tipo noruego que se ha cargado sin pestañear a 92 personas, tomándose especial cuidado de rematar con un tiro de gracia a sus víctimas.
Es la clásica imagen de un redentor dispuesto, antes de nada, a ofrecer su vida para hacer mejor la de los demás, o sea, el típico y tópico mesías.
Hablando de la derecha, no sé si se dan ustedes cuenta de que si no hablamos de Rajoy sí que lo hacemos de Aznar, o sea, de un tipo sin complejos que está dispuesto a llevar la sangre, el horror y la muerte a Irak sin que le tiemble el pulso, imbuido como está de que lo que hace es el mejor de los servicios a la humanidad.
El tipo, el noruego ése, es esencialmente xenófobo, no ya simplemente racista como ese alcalde catalán del PP que ha hecho toda su campaña a las municipales promoviendo, exaltando el odio al diferente, al inmigrante, al extranjero. ¿No les recuerda a vdes. Hitler y su odio a los judios?
¿Qué puede pasar cuando ese odio, convenientemente razonado en 1.500 folios, con la clara designación de sus fines y de los métodos para conseguirlos se entretenga también en señalar a sus privilegiados enemigos, como este noruego ha hecho con Zp y la Chacón, uno por entregarse decididamente al Islam, promoviendo la Alianza de Civilizaciones y la otra por atreverse a mancillar la imagen militar aceptando ser ministra de Defensa estando embarazada, o sea, utilizando la concepción como un estigma que ofende la esencia misma de lo militar?
Lo que le ha faltado a este noruego, para ser un Hitler, es muy poco.Sólo la oportunidad histórica marcada por unas circunstancias sociopolíticas favorables, si el pueblo noruego hubiera sido víctima de una guerra y de una paz que lo hubiera hundido sicológicamente no sólo en la desesperación sino también en la indecencia, en la plena consideración de una indignidad realmente insoportable, ayer, en lugar de lanzarse a la calle, lleno de asombro y de dolor, lo hubiera hecho, políticamente galvanizado, ungiendo como un líder absolutamente indiscutible a un hombre capaz de no detenerse ante nada, ni siquiera ante la muerte de 92 víctimas inocentes porque esto supone hallarse en la presencia de un hombre de hierro y un líder de esta clase es lo que necesita este mundo para intentar salir de la miseria en la que ahora se revuelca.
Hitler, Hitler, Hitler, ¿dónde estás y quién eres?
Parece seguro que no es Rajoy, es demasiado indolente. Pero ¿lo podría ser Aznar? Reúne todos los requisitos necesarios:
1º) se considera a sí mismo un líder tan carismático que no tuvo inconveniente en considerarse como milagroso, absolutamente providencial;
2º) profesa firmemente el ideario falangista, copiado al pie de la letra de los fascismos alemán e italiano;
3º) está tan imbuido de su propio liderazgo que no sólo ha creado un seminario de ideas fascistas, FAES, sino que ha buscado refugio y protección en el que, sin duda, es hoy el órgano de propaganda y perversión publicitaria de las ideas totalitarias más poderoso del mundo, el emporio periodístico de Murdoch.
¿Qué es, entonces, lo que le falta a Aznar para erigirse en salvador no ya de España sino del mundo?
Tan sólo la oportunidad, que el próximo emperador de los Usa vuelva a ser republicano y, si es posible, del "Tea party", o sea, un fundamentalista cristiano, furiosamente xenófobo, profundamente militarista, adorador del rifle y de la bomba atómica y muy capaz de volver a utilizarla donde sea preciso sin reparar en el número de millones de víctimas mortales que eso suponga, un tipo como es su amigo Bush, sólo que todavía le quiera y admire más aún que lo hacía éste. Entonces, el menú estará realmente servido y una hermosa guerra de salvación universal se extenderá por todo el mundo, que será así salvado otra vez, a costa de decenas y decenas de millones de víctimas.
O sea, la tercera guerra mundial, el más espantoso de los holocaustos.