Este capítulo del libro, Los riesgos globales, tiene como objetivo "iluminar un poco sobre las implicaciones de riesgo de la interdependencia económica internacional, para poder dar forma a la integración y hacer que el Mundo 3.0 sea no sólo más próspero, sino también más seguro." Empezaremos con las imperfecciones de información y cómo ésta tiene relación con la volatilidad de los mercados. Para luego revisar cómo la volatilidad ha aumentado con los niveles de integración y cómo la crisis comporta un "contagio internacional" del riesgo. Este capítulo concluye con la relación entre integración y riesgo, ofreciendo "recomendaciones para lograr que la globalización resulte más segura." La globalización ha sido señalada como culpable de la creciente volatilidad de los mercados. Y, como esta volatilidad ha extendido "problemas que, de lo contrario, se habrían mantenido localizados." Al mismo tiempo, la globalización ha introducido nuevas formas de riesgo: "Debido a la creciente interdependencia de los sistemas globales, los riesgos se transmiten actualmente mucho más lejos y rápido que antes, pasando de una industria o país a varios países o sectores." Sin embargo, se infravalora los beneficios de la globalización, si se apuesta por la diversificación, reduciéndose así la exposición al riesgo. En este sentido, y como sugiere Pankaj Ghemawat, en el Mundo 3.0 "sí identifica explícitamente los (potenciales) beneficios de la globalización vinculados al riesgo que otras perspectivas anteriores no hacían." en referencia al Mundo 1.0 y al Mundo 2.0.
Los fallos de mercado puede deberse a veces por imperfecciones en la información. Las "asimetrías de información", entre lo que sabe el mercado y lo que conocen los inversores, son sólo uno de los problemas de la información. Ademas de contribuir a la volatibilidad, dificulta que los inversores puedan tomar una decisión con la información que disponen. A esto, hay que añadir que la distancia puede "exacerbar los problemas de información". Y, si añadimos la especulación podría agravar estos problemas. Y, con ello, la volatilidad. De este modo, las imperfecciones de información son capaces de contribuir "al comportamiento por imitación, a la formación de burbujas y, por supuesto, a la volatilidad." Pero, estas imperfecciones no afectan a todos los mercados por igual. Por lo tanto, la mayoría de los mercados "no están sujetos a toda la serie de problemas de información y a la volatilidad en los que se centra este capítulo."
¿Siempre ha sido así? La visión general es que, a medida que la integración transfronteriza aumentaba en la última parte del siglo XX y a principios del XXI, la volatilidad descendió: "Así, la volatilidad de los ingresos agregados de Estados Unidos de 1984 a 2004 era más a manos la mitad de la media del período 1960- 1983. De manera más amplia, en la mayoría de las economías industriales la volatilidad macroeconómica ha descendido desde mediados de la década de los ochenta. Esto debería tranquilizar un poco respecto a que la globalización no conduce inevitablemente a la inestabilidad macroeconómica." ¿Y qué hay de las Bolsas? Las Bolsas estaban más interrelacionadas durante la Gran Depresión que a finales del siglo XX. En la primera década del XXI, las "correlaciones sí aumentaron, a medida que los flujos financieros globales se acercaban a la crisis financiera global pero distan mucho de ser perfectos y podrían incluso descender con la desaceleración financiera." Niveles superiores de correlación implican un mayor riesgo. Este mayor riesgo se puede mitigar a través de la ley de la distancia a la hora de reducir el contagio a otros países o zonas alejadas de la zona zero. Es el caso de la crisis de la deuda soberana griega o la crisis asiática de 1997. En parte, esto es debido a que los flujos no son los únicos que extienden las crisis sino también el miedo y la confianza así como el control de aranceles y capital. Algo de contagio resulta inevitable, pero está condicionado por la distancia. Para mitigar este contagio, debemos potenciar una mayor integración transfronteriza, conociendo los riesgos y beneficios de ese proceso de integración.
Vamos a centrarnos ahora en la integración de dos mercados, el de capitales y el de cereales. Los mercados de capital son susceptibles a la volatilidad. Los defensores de la apertura de los mercados financieros creían que "el capital circularía de los países ricos a los pobres, acelerando el desarrollo en los pobres y ofreciendo buenos rendimientos a los inversores." Tales flujos son menores de lo que los modelos predecían y más bien el capital se trasladaba de los países pobres a los ricos. Por otro lado, un argumento a favor de la apertura de los mercados de capital es la reducción de la volatilidad del consumo. Además, los países desarrollados como los emergentes comparten riesgos a través de esta vía. En el otro extremo, encontramos argumentos en contra. Los detractores de la apertura de los mercados de capital consideran que se presionan a los países pobres para que liberalizen sus mercados, favoreciendo y beneficiando a los inversores de los países ricos. Otros ponen el énfasis en que los mercados de capital abiertos pueden provocar o empeorar las crisis económicas. Por tanto, como concluye Pankaj Ghemawat, "el debate sobre el impacto global de la liberalización de las cuentas de capital sigue abierto." Desde el Mundo 3.0, se evidencia los beneficios y riesgos de los flujos de capital internacional. En resumen, la apertura a los flujos internacionales "es una fórmula variada." Pankaj Ghemawat recomienda que "los países deben liberalizar el comercio de mercancías antes que el comercio de activos financieros." El capital no debe dejarse en manos de mercados financieros que, debido a las imperfecciones de información, corren el riesgo de cualquier tipo de crisis monetaria, bursátil o económica. La globalización suele ser acusada de contribuir a la volatilidad del precio de los alimentos. Más bien, son los obstáculos en la comercialización de alimentos los que provocan la volatilidad y no su exposición a los mercados internacionales: "En 2008 sólo un 18% del trigo, un 7% del arroz y un 10% de los cereales de grano grueso se comerciaban a través de las fronteras, y estos tres alimentos representan el 60% de la ingesta calórica de la dieta humana mundial. En conjunto, el comercio de productos agrícolas constituyó sólo un 8,5% del comercio total de mercancías. Un motivo es el proteccionismo." Los países desarrollados conservan los aranceles, los subsidios o las cuotas. El impacto de las restricciones de las exportaciones sugiere que la apertura de los mercados "habría aportado una mayor estabilidad de precios y, por tanto, habría mejorado la seguridad alimentaria." A pesar de todo, hay quien cree que la presión sobre los precios "se exarcebará con el incremento demográfico y el calentamiento global." Sin embargo, nuestro planeta podrá alimentar a 9.000 millones de habitantes a mediados del siglo XXI. En resumen, el comercio internacional puede reducir la volatilidad de los precios de los alimentos.
Hemos analizado los mercados de capital y de alimentación. Volvamos otra vez a la relación entre integración y riesgo. El potencial de reducción de riesgo a través de la diversificación del comercio internacional se ignora en los Mundo 1.0 y 2.0. El Mundo 1.0 es reacio a la integración y busca la seguridad dentro de las fronteras nacionales. El Mundo 2.0 no cree en los beneficios potenciales de la diversificación de riesgos porque ignora las diferencias entre países. El Mundo 3.0, como dirige su atención a las diferencias y a los fallos de mercado, subraya el potencial de reducción de riesgos a través de la integración. ¿Cómo podemos enfocar estos retos? Primero, diversificar: "cualquier inversor es consciente de lo peligroso que es tener acciones de una sola empresa." La diversificación del riesgo puede contribuir a una mayor seguridad. Dicho esto, el propio Pankaj Ghemawat reconoce: "la diversificación está lejos de ser suficiente para gestionar los riesgos de un mundo semiglobalizado con imperfecciones de información." Ciertos flujos transfronterizos puede ampliar o crear nuevos riesgos. Para contrarrestar estos riesgos, Pankaj Ghemawat sugiere la fórmula ABC: alarmas, barreras y cojines. ¿En qué consiste esa fórmula? "Las alarmas son sistemas de advertencia anticipada, las barreras frenan el contagio y los cojines suavizan los golpes, en especial para los más vulnerables." Teniendo en cuenta la discusión sobre la regulación de los riesgos, la integración transfronteriza tiene sentido con el objetivo de reducir el riesgo a través de la diversificación. La clave está en "evaluar los flujos específicos por ellos mismos y dar forma a la globalización para potenciar sus beneficios, al mismo tiempo que se controlan sus riesgos."
Revista Cultura y Ocio
Tercero fallo de mercado en la integración transfronteriza: Los riesgos globales de la globalización
Publicado el 15 abril 2015 por DoloresfuentesSus últimos artículos
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