Antes de la Revolución, en Francia, el término «santi belli» o «santo bello» correspondía a los gritos de los vendedores ambulantes italianos que promocionaban sus figurillas de yeso o cera para uso doméstico.
Ello permitía a las personas adquirir modelos a escala de estatuas religiosas de iglesias. Los comerciantes italianos dominaban el mercado, compitiendo con los vendedores ambulantes tiroleses que tallaban en madera.
A principios del siglo XIX, nacieron los Santibelli (santos bellos) en los talleres de Marsella. Son estatuillas de barro, religiosas o profanas, que generalmente se presentan bajo globos de cristal.
La producción de los santibelli provenzales duró del 1820 al 1860, en parte por la competencia de los artesanos italianos y las producciones industriales o aleaciones metálicas. Las imágenes suelen medir entre 19 y 35 cm de alto.
Según los archivos, los primeros “fabricantes de figuras” eran artesanos equipados con hornos y la técnica adecuada que les permitía moldear y cocer las piezas.
Además de los tonos piel de la pintura, existen dos tipos de acabados para la ropa y las bases: pintura o dorado. Los talleres ofrecían a menudo dos versiones de un mismo tema: una pintada y otra dorada y por tanto más cara. Son pocos los tallares que lo elaboraban, y se encuentran principalmente alrededor del puerto de Marsella.
Nos han llegado algunos nombres conocidos: Batelier & fils, Antoine Simon, Esprit Bremond l’Aîné, Miault, Joseph-Marius Levin, etc. Este video, de Manuel Navarro, nos permite ver cómo se representaba la figura de Teresa de Jesús en este tipo de elaboración artística.