En una isla del Mediterráneo demasiado pequeña para salir en el mapamundi vive una familia formada por Ernesto un anciano pescador ligado a los valores de la ética del mar, Giuletta la nuera que ha perdido a su marido en el mar, su hijo veinteañero Filippo. Un día el mar trae a sus vidas entre otras personas a una mujer embarazada a punto de dar a luz y a su hijo que huyen de África en busca de una oportunidad. Por tercera vez el director Emmanuele Crialese con raíces sicilianas vuelve a elegir el mar para explicar una historia inspirada en hechos reales y en los que el espectador español puede sentirse identificado porque los sueños de los inmigrantes que aparecen en la película Terraferma no son muy diferentes de los que cruzan el estrecho de Gibraltar y que mueren en el intento en las playas de Tarifa.
Terraferma es sobre todo una historia de contrastes que nos presenta a los pescadores que deben enfrentarse al nuevo mundo global, y que deben elegir entre el código del mar y el de las nuevas leyes, nos presenta al turismo como el nuevo filón y fuente de riqueza para la isla al que se le trata de esconder la cruda realidad del mundo de la inmigración. Con carácter evocador y algunas imágenes poéticas Crialese dibuja un retrato de una Italia que sufre las consecuencias de la crisis y del mundo globalizado. Si el cine es evasión ¿es ahora el momento más apropiado para estrenarla?