Revista Música
Led Zeppelin – Led Zeppelin I
Una nave titánica y destructiva, que avanza aplastando a cuanto mortal se le cruza en el camino.
Como una tempestad nociva, imparable y cuanto adjetivo de esplendor, fastuosidad e inmediatez se les ocurra, eso genera Led Zeppelin, así suena, así se conforma y así simplemente es.
Nadie había sonado tan duro y pesado antes que ellos, nadie había hecho algo tan áspero y sobresalientemente esquizofrénico antes, quizás no inventaron nada, como todos los grandes por lo visto, pero como todo clásico grabado en la historia, supieron desde donde apuntar con la suficiente eficacia, para ser recordados. Toda influencia, esta sujeta a detractores, y en particular en este caso las aguas están totalmente divididas, es difícil párametrisar en el sitio apropiado la trascendencia de Led. Los de un bando los ponen en la categoría de dioses, que poco mas, que con un riff, convierten el agua en vino y otros tantos, que no soportan la voz angustiosa y exagerada de Plant, subvalorando las cualidades de la banda.
Opiniones hay para repartir a manos extendidas, sin embargo, nadie se puede hacer acreedor de la razón, menos hablando de temas de arte, para mi el rock lo es, a lo largo de décadas ya, han sido motivo de diferentes trifulcas y diferencias de perspectiva, así que me limitare a dar mi subjetiva percepción del primer estruendo Zeppeliano, sin esperar un absoluto consenso.
Quizás uno de sus mayores logros dentro del inmenso contexto que es en si este dirigible nodriza, es el haber conjugado la habilidad de varios virtuosos en una dirección compartida, sacándole el mejor provecho a cada milímetro de sus dones. Equilibrada por cuatro piezas de este puzzle mastodontico, cada engrane se cohesiona con el anterior y el siguiente y dan forma palpable, a todo ese flujo de energía sísmica o delicadeza escalofriante, según sea el caso. La batería estrepitosa de John Bonham, que se expresaba como una manada de gigantes en estampida, equivalente al fin del mundo cuando se lo proponía. La guitarra de Jimmy Page, responsable de erigir edificios sonoros apabullantes, palabra, que lo único que me viene a la mente es el aterrizaje de un buque en tu patio así suenan los audífonos cuando escuchas Dazed and confused. Pero al mismo tiempo, no se mueve solo en magnitudes estratosfericas, lo acústico también le acomoda de maravillas. Creando atmósferas siderales exquisitas. El bajo y artilugios varios de John Paul Jones, eran los encargados de sazonar de dimensiones, de acaparar y dar los toques sutiles, pero sin los cuales, cada trabajo terminado no tendría ni la mitad del color con el que se presentaron. Exactamente, una masa gigante sin esos detalles antológicos, no aplasta por mucho peso que tenga. Y por ultimo Robert Plant, y su voz de impacienciente, a mi en lo personal no me agrada, pero para que escupir al cielo, su desplante vocal a veces brillaba y con ganas, digan lo contrario después de escuchar Babe i’m gonna leave you, de todos modos no siempre sabia cuando cerrar la llave y se escapaba mas de lo necesario. Con todo, ya tenemos un panorama, bastante abierto y contundente. Vamos a presenciar entonces como se desbarata desde el cielo, en una caída tormentosa el primer vuelo de este dirigible legendario.
Esas ironías de la vida, abren un disco revolucionario por lo denso de su esencia, con una canción mas liviana y pop, liviana para los estándares a los que nos acostumbrara esta nodriza del hardrock Good times bad times, mas armoniosa que la media, pero ideal para el inicio, te enlista bien y sabe cumplir limpiamente su rol de portero.
Babe i’m gonna leave you, contundente, varia desde lo mas acústico y doloroso a una consistencia tan espesa, que apabulla, la interpretación vocal, se lleva aplausos en esta ocasión, sonando tan punzante, que estremece. Y si vamos un poco mas allá, buscando algo que refleje la particularidad, de la obra, simplemente es cosa de dirigirse a Dazed and cofused y Communication Breakdown, aplastan y enrollan, te limitan y luego abren todo el paisaje, te bajan y suben como un verdadero trapo…es como venderle el alma al cínico del diablo con esas dos...nada mas que decir.
Y como no todo puede ser lluvia de riffs y monstruosos golpes de batería, descienden por la curva de la calma con Your time is gonna come, secundada por Black mountain side.
Blues pulido y brusco
You shook me y I can’t quit you baby, son, como no, dos covers de blues, bajan el frenesi habitual, para actuar con prudencia a lo que interpretan. Los bañan en cemento para darles un peso propio, una dureza y crudeza, habitual en el genero, todo ello aumentado exponencialmente, acorde también a los cuantificaciones Zeppelianas, jaja, nada muy revolucionario, pero muy efectivo. En el primero la voz gimiente y su pregunta respuesta con la guitarra es mas que notable.
La explosión final, corre por parte de How many more times, una pieza entrañable, tan esencial, como Dazed… y Communication…que se lleva la agria tarea de despedir, de la única forma que corresponde, con una salida épica.
Un inapelable, gran debut, y el inicio de una seguidilla de buenos trabajos, para más tarde decaer fuertemente. Tronante despegue señores.
• Tracklist
• Good times bad times
• Babe i’m gonna leave you
• You shook me
• Dazed and confused
• Your time is gonna come
• Black mountain side
• Communication breakdown
• I can’t quit you baby
• How many more times