<\/param> <\/embed><\/object><\/div>";" alt="" />El Tsunami de Japón El resultado ha sido devastador , todo el noreste de Japón ha quedado totalmente destruido, habiendo desaparecido ciudades enteras. Por ejemplo en la población de Minamisanriku, de los 17.000 habitantes, cerca de 10.000 han desaparecido. Hasta ahora, y sigue subiendo la cifra, hay unos 2.000 cadáveres encontrados y miles de desaparecidos. Un desastre con pocos precedentes.
A la situación de caos originada por el terremoto y el tsunami se ha unido el de la alarma de un desastre nuclear . Un accidente nuclear cuyas consecuencias están por conocerse, aunque de momento ya se le considera de alcance local y por el que 19 personas han sido hospitalizadas y están siendo observadas, y se ha desalojado a 200.000 que habitan en los alrededores de la central de Fukushima. Esta madrugada ha habido una fuerte explosión en la central y se han esparcido partículas radiactivas cuyo alcance en este momento se desconoce.
El gobierno nipón admite que todavía no puede evaluar el daño que puede haberse producido en los seres humanos, aunque anuncia que cree “improbable” que hayan sido dañados. De momento se sabe que la radiación es mil veces superior a la normal, dentro de la central. Por otro lado, se informa que estas partículas radioactivas que se han escapado de la central podrían llegar a la costa oeste de Canada y de EE.UU.
¿Y qué dicen todos esos que han bendecido y reclamado la energía nuclear como la más limpia y la más barata?
Ahora –salvo los inconscientes como Rajoy que ayer mismo hacía un alegato indirecto sobre las centrales nucleares—, hay una honda preocupación por las centrales nucleares en todo el mundo. La Sra. Merkel ha hablado de revisar el protocolo de las 17 centrales que se encuentran en Alemania y se muestra preocupada por este accidente, el más grave después del de Chernóbil.
Debemos ser conscientes del peligro que encierra la energía nuclear. El peligro al que estamos sometidos es real, cualquier accidente puede producir gravísimos daños irreversibles. Y los residuos nucleares son un grave problema que no está resuelto todavía. Las posibles ventajas, que pudiera tener este tipo de energía, quedan totalmente sofocadas por los peligros que encierra.
Y como tal, en nuestro país hay que elaborar, con carácter de urgencia, un plan energético nacional que pase por la sustitución paulatina de la energía nuclear y la disminución de las energías procedentes de fósiles, dejando paso a las energía renovables.
Hay que apostar seriamente por estas nuevas energías y, si es preciso, rebajar nuestro consumo de energía. Hay que quitarse de la cabeza la ampliación de vida de las centrales nucleares e ir previendo su sustitución y los consiguientes planes de reinserción laboral para sus trabajadores. Las lamentaciones, a posteriori, sirven de poco
La vida del planeta y la nuestra están en juego.
Salud y República