Revista Cine

`Terror en lo profundo’, la estupidez también da mucho miedo

Publicado el 06 noviembre 2011 por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

Lo confieso: soy cómo un niño iluso y tonto que le atraen éste tipo de productos casi siempre inservibles, cómo lo son películas con temáticas que involucren criaturas asesinas o monstruos gigantes que están ansiosos por despedazar a los pobres humanos. Y digo pobres, porque a pesar de ser en su mayoría adolescentes sedientos de sexo, alcohol y drogas, siempre son los buenos, y el animal, o criatura, es siempre el malo. ¿Raro? No. Desde que tengo uso de razón, en cuanto al cine se refiere, la humanidad siempre ha retratado a los animales, cómo la mayor amenaza posible, y el público, ósea nosotros, le agrada ver éste tipo de historias, hombre contra bestia, así se llegasen a filmar cuarenta historias diferentes en el año. `Terror en lo profundo’ representa lo que les dije líneas arriba.

Sin embargo, cómo suele pasar, casi siempre, la mayoría de películas de este tipo, son una pérdida total de tiempo. Esta no es la excepción. Y no solo porque sea una mala película, que lo es, sino porque es extremadamente aburrida y estupida, tanto que tu, cómo espectador, en tu butaca, piensas si te están tomando el pelo, o si en realidad los que trabajaron en semejante bodrio, se esforzaron en algo. Personalmente me lo tome todo cómo un gran chiste, y es que tampoco entre a la sala con la intención de encontrarme con algo meramente bien echo, sino cómo un espectáculo o mero divertimiento. Y es que tampoco hay mucho de donde escoger en la cartelera, desafortunadamente. Y si todavía la dichosa película es en 3D, formato que ya empieza a cansar y molestar, esas ganas de entrenamiento se van apagando.

`Terror en lo profundo’ se centra en un grupo de jóvenes, que novedoso, que deciden irse a parrandear a casa de uno de ellos, que novedoso, pero lo que ellos veían cómo un fin de semana de desmanes, se convertira en un infierno, cuando sean presas de hambrientos tiburones, que no descansaran hasta merendárselos. A esto le sumamos unos villanos de risa, mujeres en pelotas, diálogos penosos, y escenas estúpidamente ridículas, y ya tenemos una película basura para consumir por el público joven o el masoquista, cómo yo. No les mentiré. Después de una noche de copas con los amigos, al día siguiente es bueno ir al cine y distraerte un poco, comer palomitas y dejarte llevar por la película. Eso pensaba. Pero mientras consumía mis productos alimenticios ridículamente caros, unas palomas llegan a costar casi cuarenta pesos, y veía los créditos iniciales, me di cuenta a lo que me enfrentaba, y me dio mucho miedo.

Un miedo que se acrecentó aun más cuando era testigo del plagio descarado que el director David R. Ellis le hacia a esa obra maestra de Spielberg, me refiero a la tan famosa escena inicial. Mientras que Spielberg usa el suspenso y la música de Williams para que el público sienta el ataque del escualo, Ellis no sabe ni que filmar. Ni suspenso, ni mucho menos miedo. Mediocre, es la palabra. Luego se nos presenta a los estereotipados personajes, y uno puede ir haciendo lista de quien morirá primero y quien es el héroe o protagonista. Nada difícil. Apenas trascurridos quince minutos, me di cuenta de algo muy importante: no me importaba lo que veía. Conforme fue avanzando la penosa trama, escrita por niños de primaria, más miedo me daba en mi butaca, y no porque se me habían acabado las palomitas, sino por que era tanta la estupidez y descaro en la pantalla, que no sabía que más podían hacer.

Quizás te estés preguntando si hay algo chistoso o que valga la pena aquí, digo, al final de cuentas, éste tipo de películas se prestan a exagerar y ridiculizar al máximo todo lo que retratan. Y aquí si hay de eso. Hay dos escenas en particular que no se me borraran de la mente, y no es el hecho de que haya tiburones en un lago de agua dulce, sino dos secuencias tan bochornosas que no sabes si reír o llorar. La primera radica en el enfrentamiento, si, enfrentamiento, entre uno de los jóvenes héroes, contra el temido escualo. ¿Qué es lo ridículo? Que nuestro héroe solo tiene un brazo, y solo con el funcional, y una lanza, logra matar, dentro del agua, al tiburón, esto, sin recibir un solo rasguño. De risa. Pero lo mejor vendría más adelante, cuando uno de los pobres personajes, en su intento de escapar, a bordo de una moto acuática, de los dientes del temido tiburón, es devorado, en una de las escenas más absurdas y épicas, en el mal sentido de la palabra, de la historia del cine.

Por ultimo, ya para olvidar esta película por completo, y terminar la crítica, he de recomendarles, con la mejor intención, que se abstengan de ver semejante estupidez. Un ridículo relato de alto grado de aburrición, sin la menor pizca de emoción o terror, sin nada de sangre, lo cual es imperdonable para éste tipo de cintas, y una historia inexistente por donde la veas. Es mejor quedarse en casa y rentar unas películas que le hagan justicia a los pobres escualos, mismos que si vieran esta “cosa”, hablando surrealistamente, se morirían de pena.

Calificación: ★☆☆☆☆ 


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revista