La proporción en las cosas siempre es importante en nuestras vidas si no quieres acabar matando moscas a cañonazos, también en las cosas del juzgar. Allá por los tiempos de la Facultad me decían que el Derecho Penal se ha de aplicar en último recurso y de la forma más equilibrada posible ya que no se debe ni puede abusar de él porque es como el “arma definitiva” con la que cuenta un Estado de Derecho frente a “los malos”. Pues bueno, parece ser que eso ya no es así. En este terruño TODO es judicializable para escarnio público. Es como si la Justicia se ha apoderado del gobierno inundándolo todo, ocupando el vacío dejado por la incapacidad y la dejadez de este Gobierno que no es capaz de hacer otra cosa más que salir corriendo chivarse a la profe magnificando el relato en lugar de ponerse a trabajar porque es más cómodo ir y que otros te arreglen los desaguisados. Digo esto por la afición esa que han tomado en el Consejo de Ministros por la amenaza tuitera antes de salir corriendo al juez. Llevan las cosas a límites que rozan el absurdo y eso ya resulta muy, pero que muy peligroso.
Como en todo país civilizado el Código Penal tipifica los delitos aplicables a cada fechoría. Me explico, es como un manual médico (pido disculpas) que dice “si te duele esto o lo otro y además tienes los ojos hinchados entonces padeces esto”. Debiera ser así de simple, positivismo al poder. Pero no, el problema viene cuando todo se truca el propio Código hasta el punto de que relatores de la ONU se han quejado, se añaden a la ensalada ingredientes que no vienen al caso y unas ganas locas por interpretarlo todo de la forma más severa y radical posible, a lo Talibán, sin que importe que se creen más problemas de los que se resuelven.
¿Qué porqué he venido yo hoy a contaros este rollo? Igual va y me ha salido un tic de esos de deformación profesional pero es como para que te hierva la sangre al ver como se retuerce la realidad hasta convertirla en una caricatura de sí misma que, de paso, ofende y mucho a las verdaderas víctimas. Me explico, alucino con la facilidad con la que se reparten imputaciones de terrorismo como “Flyers” en un mercadito. ¿Eres independentista? Terrorismo ¿Apalizas a unos Guardias Civiles (cosa que condeno enérgicamente)? Terrorismo, con más de 500 días de prisión preventiva, de propina y peticiones de penas de 60 años de cárcel (cuando se pedían 45 por un asesinato de ETA). Al final y a este paso nos pedirán terrorismo por cruzar una calle con el semáforo verde parpadeando. El caso es que ya nos venían advirtiendo cuando decían aquello de que esto o lo otro “es ETA” y no lo vimos venir. Ahora, visto lo visto, compraría mañana mismo un billete al Chicago de los años 20, más sosegado.
¿Nadie entiende que la proporcionalidad es un principio necesario para la justicia de un país decente? Con todo ese teatrillo hemos perdido de vista que es realmente el terrorismo. Una lástima y una verdadera ofensa a los que padecieron los atentados de la historia reciente de España. Aquí sabemos muy bien lo que es terrorismo, más que nadie, y con esas imputaciones lo único que se consigue es ofender a los que lo sufrieron de verdad que ven como se pide muchísima más pena a alguien por bloquear una autopista o dar una paliza que para los que les dejaron con secuelas de por vida o segaron la vida de un ser querido. ¿Pero es que de verdad que a nadie por Moncloa se le ha ocurrido que con esta sobreactuación se tergiversa la realidad de unos hechos graves, pero que no son ni por asomo equiparables al Cuartel de Zaragoza, a Hipercor, a Barajas… (son tantos y tan dolorosos) ¿Es que nadie respeta ya a nuestros muertos?
Me parece que esta gente, con el afán de infundir terror y que nos callemos ha ido demasiado lejos. Banalizando el delito de terrorismo pretenden que sea lo mismo romperle a alguien una uña que la cabeza, mal asunto. Confiemos en el sentido común, la experiencia y la opinión de muchos juristas que están viendo como los utilizan como arma arrojadiza. Confiemos en ellos porque en el resto de la sociedad vamos listos, seguimos en la final de la Copa del Rey y aquí no pasa nada.