Los cuerpos sin vida de una pareja de ancianos, ambos de 86 años de edad, aparecieron agarrados de la mano sobre la cama de una habitación de un céntrico hotel de París, junto a una carta en la que reivindicaban su derecho a una “muerte dulce”, informó hoy el diario “Le Parisien”.
Un empleado del hotel encontró a los ancianos tendidos sobre la cama y con bolsas de plástico en la cabeza el pasado viernes, al subirles el desayuno.
“Tenían más miedo a separarse y a la dependencia que a la muerte”, explicó a “Le Parisien” el mayor de sus hijos, quien reveló que la pareja había tomado esa decisión “hace decenas de años”.
La muerte forma parte consustacnail con la vida, como no puede ser de otra manera y constituye la única certeza absoluta que poseemos desde el mismo momento de nacer. El mundo ha avanzado lo suficiente como para dar la razón a esta pareja de ancianos que eligieron el final en vez de la dependencia. Hace un par de años se publicó en un principio como violencia de género el crimen cometido por un anciano de muy avanzada edad, que terminó con la vida de su esposa, gravemente enferma, para suicidarse después, al no poder atenderla por sus crecientes problemas físicos. Es obligación de la sociedad ofrecer a los ancianos la posibilidad de paliar con dignidad su dependencia, con la misma que pueda cada ciudadano ejercer el derecho a disponer de su propia existencia.