ESTUDIOS SUPERIORES DEL ESCORIAL "El mundo de los difuntos: culto, cofradías y tradiciones"
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San Lorenzo del Escorial, 4 / 7 de Septiembre de 2014
SIMPOSIUM (XXIIª Edición)
(Resumen para ser leída en el Simposium)
Testamento y muerte de Gonzalo de la Maza, "padre" de Santa Rosa, primer contador de Cruzada del Perú
José Antonio Benito Rodríguez
CEPAC (Centro del Patrimonio Cultural). UCSS (Universidad Católica Sedes Sapientiae), Lima (Perú)
- ¡Qué bello es ver morir al justo!
II. La trayectoria de un hombre de negocios: De la Hacienda de Castilla a la Contaduría de Cruzada de Lima
III. La economía de la salvación. Acogen a Rosa de Lima en su casa
IV. Enfermedad, testamento y muerte
- Transcripción del testamento y comentario
La trayectoria –especialmente su último tramo- de la vida del primer contador de la Bula de Cruzada en el Perú, don Gonzalo de la Maza, nos sirve para conocer la mentalidad de uno de los más calificados funcionarios del virreinato peruano. Él fue quien albergó a Santa Rosa de Lima los últimos años de su vida. Doy a conocer una síntesis biográfica y me detengo, sobre todo, en su enfermedad final, su testamento y su muerte.
- ¡QUÉ BELLO ES VER MORIR AL JUSTO!
El P. Bernabé Cobo da una imagen cabal de este consolador acontecimiento como fruto de la evangelización fundante en el Perú: "De la mucha piedad y religión de esta república" manifestada en "la afición a todo género de virtud en que siempre se hallan personas muy aprovechadas, no sólo del estado eclesiástico, sino también muchos seglares, hombres y mujeres, tan dados a oración, mortificación y a todo ejercicio propio de gente devota, que pueden ser maestros de vida espiritual y perfecta"(Cobo: 1653, I). Los pastores de nuestra tierra tuvieron muy en cuenta este momento decisivo del ser humano, plasmándolo en exhortaciones "para ayudar a bien morir". El Primer Concilio Limense, por ejemplo, determinará: "A los que están por morir procuren los curas hallarse presentes , y ayudar a las almas que están a su cargo en aquel tiempo tan peligroso; y si no pudieren asistir por sí mismos, a lo menos envíen en su lugar a alguna persona cual convenga para que anime y esfuerce el doliente, y particularmente a los indios que se les dé este socorro y ayude con la Éxhortación "que para el efecto ha compuesto este Sínodo" (I, 334). Un entrañable detalle es la composición de bellas oraciones que recitarán con el moribundo. El Tercer Concilio Limense (II, 29) incluye la presente: "No permitáis, Dios nuestro, que se condene esta alma que tú hiciste a tu imagen y semejanza. Defiéndela, Señor, de sus enemigos, y perdónale sus pecados. Llévala al lugar de descanso con tus escogidos, que a ti llama y en ti confía. ¡Oh, buen Jesús!, ten piedad de esta alma, y llévala a la vida eterna que nos prometiste, para que te goce y alabe para siempre. Que eres un Dios con el Padre y con el Espíritu Santo. Amén". Gracias a las últimas voluntades, testamentos, codicilos, podemos aproximarnos a la vida cotidiana de la gente del pasado, especialmente a su religiosidad. En el caso de don Gonzalo de la Maza es evidente. Al contacto con la santidad de Rosa de Lima, la espiritualidad que vive el íntegro funcionario virreinal permea toda su vida y, en consecuencia, el último tramo, el de su enfermedad, sus últimas voluntades plasmadas en su testamento y su misma muerte-.
2. LA TRAYECTORIA DE UN HOMBRE DE NEGOCIOS: De la Hacienda de Castilla a la Contaduría de Cruzada de Lima
Gonzalo de la Maza Sánchez nació el año 1563 (L. Millones: 1993, 148) en Ogarrio o Ugarro, valle de Ruesga, pueblo que perteneció a la provincia de Burgos, y que hoy, tras la división administrativa, corresponde a Santander. Sirvió al Rey como funcionario de las "ordenanzas y disposición de las cuentas más de doce años y haber servido en el oficio de contador de resultas mucho tiempo y en la contaduría mayor de contador ordenador de ellas y antes en los libros, ejercicio y papeles de los gastos de la fábrica de San Lorenzo el Real"- El Escorial- donde acreditó su buen hacer. Por Real Cédula de 12.10.1598 se le autoriza que pase a Indias con su mujer, Doña María de Usátegui y sus dos hijos. Natural de Madrid, bautizada en la parroquia de San Miguel el 30 de diciembre de 1566, en el momento de los preparativos para formalizar su pasaje, tendría 30 años y era "blanca, de buen cuerpo"; su hijo Diego tendría 12 años y el menor, Jerónimo, con 10 años.La razón de su partida y venida al Perú era el ordenar las cuentas de la Contaduría de Cruzada de Lima, en completo desorden tras el asiento de los tesoreros Miguel Sánchez de la Parra y Beltrán Aparicio. En Madrid, 12 de enero de 1600, se le otorga título y comisión a Gonzalo de la Maza como contador de Cruzada en Perú; con un salario anual de 2000 pesos anuales estipulados desde que se hubiese hecho a la vela en el puerto de Sanlúcar o Cádiz y cuyo pago deberían los Oficiales Reales de Lima. A través de otras disposiciones se concreta su misión; así, el 25 de enero del mismo año, se le designa como contador para que, con dependencia del doctor Juan Velázquez, Comisario de Cruzada en Perú, vea cómo se han tomado las cuentas de las predicaciones por parte de los Oficiales Reales. Asistimos a los primeros pasos de la fundación de los tribunales de Cruzada en Perú. El 15 de mayo de 1605, Gonzalo de la Maza, junto al comisario Velásquez y el asesor Villela, recupera 90.287 ducados del tesorero Juan Sanz de Galarza. Casi un año después, el 20 de mayo de 1606, envían 72.592 en la armada.
3. LA ECONOMÍA DE LA SALVACIÓN. ACOGEN A ROSA DE LIMA EN SU CASA
Su recto proceder profesional nacía de una poderosa vida espiritual como se constata en la íntima relación vivida con la santa limeña. Por fin llegaron a un acuerdo con los familiares y directores espirituales de Rosa: "La habitación de la dicha Rosa en la casa de este testigo fue con gusto de los dichos sus padres, y con el de los padres espirituales con quien se comunicaba, y aun algunas veces ordenado por ellos, como se lo dijeron a este testigo el padre maestro Lorenzana, de la Orden de Santo Domingo, y el padre Diego Martínez, de la Compañía de Jesús, sus confesores" (I,f.26v). Un biógrafo de la santa señala que "dedicaba algunos días u horas a la enseñanza de las niñas del contador. Se solía admirar por la abstracción de sus sentidos, la compostura de su cuerpo y modestia de sus ojos, que pocas veces se los vio levantar don Gonzalo, con ser tan familiar que la llamaba Madre y ella a él el Padre" (J.M. Bermúdez:1827, 145). Allí vivió Rosa año y medio, supuesto que en los últimos tres años y medio de su vida lo pasó sobre todo en la celdita y huerto de la casa paterna. La casa se convirtió en centro de espirituales tertulias en las que participaban selectos cristianos limeños, fundamentalmente seglares como Luisa de Melgarejo, esposa del rector de la Universidad de San Marcos en 1615, doctor Juan de Soto; el médico Juan del Castillo, hombre de ciencia y de gran caudal de cultura mística quien examinó a fondo y nos ha legado su espiritualidad a través de sus escritos; además figuraban varias "beatas" como Ana María Pérez, cocinera mulata en el hogar del Contador, Inés de Velasco, sevillana casada con el comerciante Fernando Cuadrado; Isabel de Ormaza, india limeña .Van a ser testigos de su caridad heroica, de su vida contemplativa.
4. ENFERMEDAD, TESTAMENTO Y MUERTE
Desde 1620, las fuerzas físicas comienzan a faltarle. Sabemos por una carta del notario de Cruzada de Lima, Juan de Tamayo, al Comisario General, Martín de Córdoba, que "tiene muy corta salud porque aunque está mejor su enfermedad es de piedra que hay pocas semanas que no eche 2 ó 3 y que así no hay que fiar mucho en su memoria" En tales condiciones de agotamiento físico, con su enfermedad "de piedra" (cólico), "estando enfermo del cuerpo y sano de la voluntad, y en mi bueno seso juicio y entendimiento natural cual Dios Nuestro Señor Nuestro Señor fue servido de me dar" el 12 de septiembre de 1628 dicta su testamento. Como se lee, nombra ejecutores del testamento a su yerno Andrés de Zabala y a su esposa doña María de Uzátegui, y como universales herederos a su esposa e hijas, tanto del total de los bienes personales como de la mitad de la herencia paterna en la villa de Ugarro (Santander), que compartió con Juana de la Maza, su única hermana que murió sin hijos. Don Gonzalo no llega a vivir más de un mes puesto que el 10 de octubre emprendía su último y postrer viaje, el de la eternidad. Era un 10 de octubre de 1628 si nos atenemos a la fe de muerte levantada por el escribano real Gabriel de Rabandal. Se le amortajó con el hábito franciscano ante los testigos Juan de Tamayo, notario de Cruzada, y Juan de Uros.
- TRANSCRIPCIÓN Y COMENTARIO DEL TESTAMENTO.
Como se lee, nombra ejecutores del testamento a su yerno Andrés de Zabala y a su esposa doña María de Uzátegui, y como universales herederos a su esposa e hijas, tanto del total de los bienes personales como de la mitad de la herencia paterna en la villa de Ugarro (Santander), que compartió con Juana de la Maza, su única hermana que murió sin hijos. Don Gonzalo no llega a vivir más de un mes puesto que el 10 de octubre emprendía su último y postrer viaje, el de la eternidad. Era un 10 de octubre de 1628 si nos atenemos a la fe de muerte levantada por el escribano real Gabriel de Rabanal.
Se le amortajó con el hábito franciscano ante los testigos Juan de Tamayo, notario de Cruzada, y Juan de Uros. Don Gonzalo no llega a vivir más de un mes, puesto que el 10 de octubre de 1628 culminaba su carrera terrena. De él se puede decir lo que escribió el Padre Jacinto de León Garavito al fallecer el Padre Juan de Alloza: en 1666: "voló de este destierro donde vivía, suspirando en las alas de sus virtudes a su deseada y dichosa Patria, a donde tantas veces había volado con la meditación"