Revista Opinión

Testimonio de una violación y un paso al aborto

Por Campblog
Testimonio de una violación y un paso al aborto
"Fui violada a punta de un cuchillo a menos de una cuadra de mi casa, cuando tenía sólo 16 años. Mi asaltante desconocido se perdió en la noche, dejándome herida después de haberme amenazado para que no le dijera nada a nadie. Por 27 años no lo dije nunca, excepto a mi esposo muchos años después. Concebí y dí a luz a una niña después de la violación, ella era preciosa, y es lo único bueno que resultó de ésta.
Cuando Robin tenía 18 meses la dí en adopción, pero Dios tenía un plan especial y nos conocimos cuando ella tenía 27 años, después que mi propio proceso de sanación me había preparado. Sus primeras palabras para mí fueron: ´caramba me alegro mucho de que no te hayas hecho el aborto´. Robin resultó ser una parte importante del proceso de sanación, y le doy gracias a Dios hoy en día porque no hice nada en mi juventud por lo cual hubiera tenido que sufrir el resto de mi vida, a que no le hubiera dado la oportunidad a mi hija de decirme aquellas conmovedoras palabras. El mal llamado aborto ´legal y seguro´ la hubiera silenciado para siempre.
Hoy en día Robin tiene 33 años y está muy contenta de estar viva, y yo estoy trabajando para ayudar a otras víctimas, llevándoles la verdad y el poder de sanación que sólo Jesús da. Dios conoció a Robin cuando era formada en mi vientre y cono
ce a todos los demás que han sido concebidos a través de la violencia de la violación o el incesto. Aún en estas circunstancias son todos preciosos para Él, y tienen un sentido tan importante como el suyo y el mío, si sólo se les da la oportunidad de probarlo.
El aborto es una segunda violación, pero más traumática aún porque es un pecado, y la violación no lo es (para la víctima), y tarde o temprano tenemos que dar cuenta de nuestros pecados".
Síndrome Post Aborto (SPA)
El Síndrome Post-Aborto (SPA) consiste en una serie de trastornos psicológicos y psicosomáticos que experimentan muchas mujeres a consecuencia de haber abortado.
Testimonio de una violación y un paso al abortoMerece la pena aclarar que las manifestaciones del SPA son normales: es decir, lo natural después de haber sufrido un aborto provocado, es sentir dolor, tristeza, culpabilidad, vacío,... lo anormal, sería quedarse completamente indiferente como si nada hubiera ocurrido (ello reflejaría un cierto grado de trastorno mental, aunque es preciso diferenciarlo de la actitud de negación, con la que la mujer aparenta ante sí misma y ante los demás esta supuesta indiferencia).
Testimonio de una violación y un paso al abortoEl SPA suele aparecer tardíamente, pasados meses e incluso varios años desde que el aborto tuvo lugar; las manifestaciones más frecuentes son depresión, ansiedad, rabia, vergüenza, rechazo de sí misma y gran sentimiento de culpa. Si la mujer padecía algún trastorno mental previo o bien tenía una cierta predisposición a padecerlo, el aborto suele agravarlo o desencadenarlo.
Estas alteraciones básicas, afectan la vida cotidiana de la mujer y se concretan de múltiples formas, perjudicando e interfiriendo en sus relaciones interpersonales (especialmente las conyugales o de pareja), su capacidad de trabajo o estudio, el interés por las cosas y por las otras personas, etc.
También favorecen ciertas actitudes anormales como: auto-aislamiento, apatía, indiferencia, trastornos de la conducta alimentaria (anorexia o bulimia), conducta autodestructiva (tendencia suicida, abuso de alcohol y drogas), estado hiperalerta (sensación de estar permanentemente amenazada, en peligro, de modo que se vuelven mucho más susceptibles e irritables), comportamiento esquivo con los niños, maltrato infantil, dificultad para establecer un vínculo apropiado con los propios hijos, promiscuidad, automutilación (histerectomía, ligadura de trompas), tendencia a establecer relaciones abusivas (en las que resultan maltratadas), búsqueda de sobrecompensación profesional, etc.
La herida abierta por el aborto puede provocar otro tipo de manifestaciones como insomnio, alucinaciones auditivas (oír el llanto de un niño), pesadillas (en las que el capítulo del aborto se repite continuamente, aparecen niños despedazados o mutilados,...), intrusiones (es decir: recuerdos súbitos diurnos de la experiencia del aborto), etc.
Además, el aborto puede ocasionar dificultades en embarazos y partos posteriores, pero, en esta ocasión, influyen alteraciones tanto físicas cómo psicológicas que pueden comportar disfunción sexual (sobretodo con el padre de la criatura abortada) esterilidad, interrupción espontánea del embarazo, parto prematuro, (que, por cierto, incrementa el riesgo de parálisis cerebral en el neonato)...
Tampoco es infrecuente que las mujeres busquen embarazos "expiatorios" (es decir, que compensen la pérdida sufrida) o que se involucren en el movimiento pro-vida (con una intención de reparación) o pro-aborto (con la esperanza inconsciente de fortalecer la idea de que el aborto fue una decisión correcta y razonable, de modo que no hay motivos para arrepentirse o dolerse por ella).
Estas manifestaciones típicamente empeoran en las fechas en que tuvo lugar el aborto o en que el niño debería haber nacido (reacciones de aniversario) y también pueden desencadenarse o agravarse ante determinados acontecimientos vitales estresantes o emocionantes.
El Aborto en las Adolescentes
Testimonio de una violación y un paso al abortoDe todos los factores de riesgo antes mencionados, el más importante es el hecho de ser adolescente; esto es así por varios motivos:
- las adolescentes manifiestan más a menudo el deseo de tener el bebé
- se sienten obligadas a abortar con más frecuencia
- tienen convicciones anti-abortistas más sólidas
El SPA se manifiesta en ellas de un modo más cruento, les cuesta mucho más superarlo y a menudo sufren secuelas psicológicas irreversibles. El riesgo de suicidio es del doble en comparación con las mujeres adultas y el riesgo de padecer alteraciones mentales graves que requieran hospitalización, tres veces superior. También están expuestas a un mayor riesgo de sufrir lesiones uterinas, vaginales y abdominales durante la intervención abortiva.
Conclusiones
El aborto supone, en primer lugar, acabar con la vida de un ser humano en desarrollo, el más inocente e indefenso de todos. Pero, a la vez, supone herir profundamente en el cuerpo y en el alma a la mujer que aborta. Me resulta difícil imaginar un sufrimiento mayor al que puede llegar a experimentar una mujer que ha abortado cuando toma conciencia de ello. Al duelo natural por la muerte evitable de un hijo, se suma la carga de saberse responsable de tan dolorosa pérdida.
Testimonio de una violación y un paso al abortoTodo aborto tiene, por lo menos, dos víctimas: una de ellas muere; la otra, sobrevive y sufre a diario las consecuencias de un crimen abominable.
De nada sirve el intentar mentalizar a la mujer de que el aborto fue una decisión correcta y razonable de la que no tiene porqué arrepentirse; de nada sirve cuando la mujer ya ha descubierto en su dolor, que aquel montoncito de células que arrancaron de su seno era algo más que una masa informe. Insistir en negar lo trágico del aborto sólo contribuye a incrementar el sentimiento de soledad e incomprensión en las madres víctimas de un aborto.
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